Carl Denham intenta recuperar el oropel perdido tras la catástrofe que aconteció en Nueva York con la fuga de King Kong, así pues embarca de nuevo en el barco, junto a otra chica, para regresar a la Isla de la Calavera…

Dirección: Ernest B. Schoedsack. Producción: R.K.O. Radio Pictures Inc. Productor: Ernest B. Schoedsack. Productor delegado: Merian C. Cooper. Productor asociado: Archie Marshek. Guion: Ruth Rose. Fotografía: Edward Linden, Vernon L. Walker, James O. Taylor. Música: Max Steiner, Edward Eliscu. FX: Willis O’Brien, Marcel Delgado, Mario Larrinaga, Buzz Gibson. Montaje: Ted Cheesman. Decorados: Thomas Little. Intérpretes: Robert Armstrong (Carl Denham), Helen Mack (Hilda), Frank Reicher (Englehorn), John Marston (Helstrom), Victor Wong (Charlie, el cocinero chino), Edward Brady (Red), Noble Johnson (rey nativo), Steve Clemente (hechicero), Oscar ‘Dutch’ Hendrian (Dutch, un marinero), Cy Clegg, Harry Cornbleth, Nathan Curry, F. Garrety, J. Goff, Lawrence Green, Tex Higginson, Lee Kohlmar, Ken Kuntz, Ed Lanegan, James B. Leong, Jimmy Leon, Sam Levine, Frank Mills, Frank O’Connor, Claude Payton, Jack Richardson, Ed Rochelle, Constantine Romanoff, Gene Rossi, Gertrude Short, Alice Stombs, Gertrude Sutton, Harry Tenbrook, Kathrin Clare Ward, Homer Watson, Clarence Wilson. Nacionalidad y año: Estados Unidos 1933. Duración y datos técnicos: 65 min. B/N 1.37:1.

 

La figura de este pequeño Kong, supuesto hijo de King Kong, se efectuó con el armazón de su padre de la película originaria, en concreto el modelo de cara alargada que se veía en la pelea contra el tiranosaurio, que fue recubierto con nuevas piezas de goma y piel, en este caso de un color gris claro; además, este Konguito ofrecía un corte de pelo más apurado, por lo cual no sufría los problemas de despeinarse que padecía su padre. En principio, el proyecto tenía ciertas ambiciones, pero al final los estudios proporcionaron un presupuesto reducido a 250.000 dólares, lo que implicó que muchas ideas previstas se descartasen, y la película quedase reducida de manera radical en su duración, quedando en una escasa hora, siendo su mitad inicial un largo prólogo. Entre lo eliminado, figuraban escenas de una guerra tribal y una climática estampida de dinosaurios durante el ciclón seguido del terremoto que hunde Skull Island al final de la película. La estampida iba a utilizar los modelos que se habían construido para Creation (1931), el proyecto inacabado de Willis O’Brien.

Ese prólogo arranca con Carl Denham hospedado en un mísero cuartucho, decorado con un cartel de su espectáculo frustrado de King Kong, la Octava Maravilla del Mundo, como si se regodease de su propio fracaso. Toda Nueva York lo ha demandado por daños, y al lugar no paran de llegar agentes con citaciones judiciales, de los cuales es protegido por su abnegada casera, la señora Hudson. Finalmente, cuando se le comunica que será citado ante un tribunal, no le queda más remedio que huir de la ciudad, embarcándose en el Venture con el capitán, el cocinero chino y una tripulación reducida que ha sido reunida con rapidez, lo que alienta que algunos de los marineros sean mal encarados, incluso tal vez peligrosos.

Este inicio es una fusión de momentos dramáticos y cómicos, lo cual será una constante a lo largo del film, el cual supone una especie de versión reducida, menor, en todos los aspectos, de su predecesor. El hijo de Kong será más pequeño, la propia película será escasa, y todas las pretensiones, a su vez, quedarán reducidas. En este sentido, si en la película previa la irrupción de la música suponía la incursión en un mundo onírico, aquí no hay esa intencionalidad, y pese a contar de nuevo en la partitura con Max Steiner, su uso resulta más convencional, arrancando en el momento en el cual el barco abandona el puerto, resultando más ilustrativa, menos simbólica.

Cuando Denham llega a una pequeña isla de los mares del Sur asiste a un espectáculo. Ese show ruinoso, tercermundista, pudiera ser una alegoría del fracaso de lo que el cineasta pretendió con anterioridad: ante él aparecerá un grupo musical compuesto por monitos, disfrazados de personas, humillados; y después se presentará una chica, la chica, ahora morena, en un interesante contraste con la rubia Ann Darrow, mucho más decidida y moderna, por lo demás, pero que también se verá abocada a un espectáculo por debajo de sus capacidades.

En la isla, Denham se encuentra con el capitán noruego que le vendió el mapa de la Isla de la Calavera, ahora en la indigencia, alcohólico, y que además será el causante de la muerte del padre de la muchacha, Hilda, y de la ruina de ésta. Helstrom, el noruego, informa a Denham que en la isla había, además, un tesoro, y juntos deciden partir de nuevo al lugar para hacerse con él; Hilda, por lo demás, se colará de polizón.

Y una vez llegados a la isla, donde Denham, Hilda, Helstrom, el capitán y el cocinero chino son abandonados por los marinos amotinados, aquéllos se encontrarán a un pequeño simio, de solo tres metros y medio de alto, que Denham identifica de inmediato como el hijo de Kong (en el guion es llamado Kiko, pero nunca será mencionado de ese modo a lo largo del filme). Este personaje, y por tanto la propia premisa de la película, invalida por ende la base de la anterior, en la cual Kong se ofrecía como un ser solitario, acaso el último de su especie. Y aquí nos encontramos con que tenía un hijito. Sobre quién sería la madre, corramos un tupido velo.

Obviando esto, a partir de aquí nos encontramos una agradable película de aventuras con monstruos. Los marineros serán atacados por un triceratops, y Kong Jr. se enfrentará a un oso de las cavernas (Helen Mack grita ante su visión, pero en el audio se incorporó el alarido de Fay Wray) y a dos reptiles que pudieran ser los que impulsaron las leyendas de los dragones. Denham descubre un palacio de extrañas reminiscencias aztecas (arquitectura que ya se vislumbraría en la cinta anterior) y al final se nos ofrecerá un espectacular y mastodóntico terremoto. Todo ello, en apenas un cuarto de hora, lo que trasluce una evidente precipitación y deja patente cómo el presupuesto fue reducido de forma radical.

Una película menor, obvio es, pero que no merece, ni mucho menos, los feroces ataques que ha merecido por parte de estudiosos y cinéfilos, siendo un grato espectáculo de sábado por la tarde para solaz del espectador interesado.

 

Anécdotas

  • Título de rodaje: Jamboree.
  • Robert Armstrong (Carl Denham), Frank Reicher (capitán Englehorn), Victor Wong (Charlie), Noble Johnson (jefe nativo) y Steve Clemente (hechicero nativo) son los únicos que repiten sus papeles de King Kong (1933).
  • Durante el rodaje de esta película, la esposa de Willis O’Brien mató a tiros a sus dos hijos y luego intentó suicidarse. Fue ingresada en un manicomio. Ese episodio ocasionó que O’Brien se desentendiera de la película.
  • En el momento del estreno del film se desconocía la existencia de gorilas albinos como el de la película; el primer gorila albino documentado fue Copito de Nieve, capturado en Guinea Ecuatorial en 1966.
  • El mismo modelo de brontosaurio utilizado para la escena de la balsa en King Kong se puede vislumbrar en el mar mientras la isla se hunde.
  • El rodaje tuvo lugar entre el 31 de marzo y el 22 de agosto de 1933.
  • Estrenada en Estados Unidos el 22 de diciembre de 1933. En España se estrenó el viernes 25 de enero de 1935 en Barcelona, en el cine Kursaal.

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra