El efecto de la explosión de una supernova llega a la Tierra, y una extraña luz recubre una finca en un desierto. Tiempo después, una familia llega a la finca para pasar unos días. Pronto, extraños fenómenos comienzan a acontecer, como la visión de unos ovnis o la aparición de un extraño humanoide minúsculo…
Dirección: John ‘Bud’ Cardos. Producción: Charles Band Productions, Vortex Productions. Productores: Steve Neill, Wayne Schmidt. Productores asociados: Paul Gentry, [Michael Wolf, sin acreditar]. Productor delegado: Charles Band. Guion: Wayne Schmidt, J. Larry Carroll, David Schmoeller, según argumento de Steve Neill. Fotografía: John Arthur Morrill. Música: Richard Band. Montaje: Ted Nicolaou. Dirección artística: Rusty Lipscomb. FX: David Allen, Paul Gentry, Randall William Cook (stop motion), Jim Danforth (pinturas matte), Peter Kuran (supervisor de efectos de animación), Lyle Conway (diseño y creación de criaturas). Intérpretes: Jim Davis (Grant), Christopher Mitchum (Richard), Dorothy Malone (Ana), Marcy Lafferty (Beth), Natasha Ryan (Jenny), Scott C. Kolden (Steve), Roberto Contreras (dependiente de la gasolinera)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1979. Duración y datos técnicos: 78 min. color 2.35:1.
John ‘Bud’ Cardos fue uno de esos directores de cine fantástico cuya carrera transcurrió entre los estertores del cine de serie B y los inicios de las producciones baratas con destino al vídeo, el sector que sepultó la confección de este tipo de producciones para la gran pantalla. Su película más famosa, y acaso la mejor, fue Tarántula (Kingdom of the Spiders, 1977); sin haber visto toda su filmografía, puede que la peor también sea esta The Day Time Ended [vd: Explosión galáctica, 1979].
El presente film surge, sin lugar a dudas, como respuesta a Encuentros en la tercera fase (Close Encounters of the Third Kind, Steven Spielberg, 1977), solo que en versión ultra-barata. Así, de su escasa hora y cuarto de duración, tenemos un arranque moroso, donde una familia va a pasar unos días a una finca que tienen en el desierto. La familia está conformada por un matrimonio maduro, Grant y Ana, a quienes dan vida los veteranos Jim Davis, el papá Ewing de la serie Dallas (Dallas; 1978-1981), y Dorothy Malone, actriz de tantas joyas del cine en los cincuenta, como los melodramas de Douglas Sirk. Les acompañan su hija, Beth (Marcy Lafferty, también presente en Tarántula), el marido de esta, Richard (encarnado por el entonces llamado Chris Mitchum, uno de los hijos del gran Robert), Steve (Scott Kolden), hijo adolescente de los ancianos, y Jenny (Natasha Ryan), pequeño retoño del joven matrimonio.
La media hora inicial muestra a esta familia llegando a la finca y situándose en ella, mientras Richard regresa a la ciudad para trabajar. Lo que acontece en esa media hora no se centra en desarrollar los personajes en el plano psicológico, ni en ofrecer incidencias de cierta relevancia para dar soporte dramático a lo que después vendrá. Simplemente, muestra a los actores yendo de un lado a otro, hablando de cosas sin ninguna trascendencia. Luego, comienzan a pasar cosas.
El guion del film es obra de tres libretistas, a partir del argumento de uno de los productores –me gustaría haber visto el argumento pergeñado por este–. Los tres guionistas son: Wayne Schmidt, en el que es su único cometido en esta labor, siendo también productor de la presente y habitual montador; J. Larry Carroll, en su segundo libreto, tras la interesante Trampa para turistas (Tourist Trap, 1979), y después seguirían montones de trabajos televisivos; y David Schmoeller, precisamente director de Trampa para turistas, que co-escribió con Carroll, y también realizador de simpáticos productos como Crawlspace [vd/tv: El ático, 1986] o Puppet Master [vd: La venganza de los muñecos, 1989]. Aquí, desde luego, ninguno de ellos se ha roto las meninges.
Como decíamos, el arranque no muestra nada llamativo, hasta que comienzan a suceder cosas. Esas cosas son totalmente aleatorias, y carecen de cualquier lógica, tal vez suponiéndose que, como la película es fantástica, cualquier cosa rara es admisible, aunque carezca de coherencia interna. Lo que más acontece es que la casa se vea rodeada de lucecitas; influencia obvia de la referida Encuentros…, la profusión de apariciones de esta índole se hace machacona e insistente, hasta acabar con la paciencia del más pintado. También aparecen ovnis de una apariencia más física, percibiéndose su construcción metálica. Y, lo mejor de todo, la presencia de unas criaturas extraterrestres, movidas por stop-motion por parte de David Allen y su equipo. Las criaturas comprenden un humanoide, de aspecto típico de alienígena según las habituales descripciones de los abducidos, pero de solo treinta centímetros de altura; y otros dos seres, de tamaño humano pero apariencia monstruosa, de aspecto diferente y entre los cuales habrá una batalla. Añadamos también unas pinturas matte bastante atractivas por parte de Jim Danforth.
Y, realmente, eso es todo. El film puede resultar interesante para los amantes de los efectos especiales, que pueden ver el trabajo de unos especialistas míticos y cómo se defienden con un presupuesto paupérrimo. La trama, por tanto, es una mera excusa, prácticamente inexistente, para dar cobijo a estas labores. Es llamativo que los actores, algunos de ellos de acreditada solidez, estén totalmente despistados y ausentes. Cardos, por su parte, dirige sin ningún interés, poniendo la cámara delante y siguiendo los movimientos de los actores. Nada más.
El final ofrece una solución un tanto también en la línea de Encuentros…, no tanto en el aspecto argumental como en el significativo, intentando otorgarle un aire trascendente, pero resulta absolutamente risible. Al menos, nos permite vislumbrar un hermoso diseño, otro más, de Danforth. Hasta llegar ahí, el aburrimiento es enorme, y The Day Time Ended se desvela como una muestra típica de cine barato, hecho sin dinero y, sobre todo, sin ideas.
Anecdotario
- Títulos alternativos: Time Warp / Vortex / Earth’s Final Fury.
- Marcy Lafferty fue nominada a mejor actriz secundaria en los premios Saturn.
- Última película de Jim Davis. Murió dos años después.
- Existe una versión (emitida por la televisión británica) que amputa casi íntegra la pelea entre los monstruos.
- Scott Kolden fue un actor infantil, que con esta película, a sus dieciocho años, abandonó esta carrera. Después desarrolló una fecunda actividad en el departamento de sonido.
- Natasha Ryan también fue una estrella infantil. En Tarántula, también de John ‘Bud’ Cardos, es la sobrina de William Shatner. Comenzó rodando anuncios a los dos años y abandonó la interpretación a los veintitrés.
- Estrenada en Estados Unidos hacia noviembre de 1980. En España no se estrenó, editándose directamente en vídeo por parte de Etiqueta Negra como Explosión galáctica en 1983; también hay otra edición, con igual título, por parte de Norma Video.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra