Un matrimonio, ambos médicos, compra un caserón abandonado desde hace tiempo con el fin de convertirlo en una clínica de rehabilitación de drogadictos. Pero no cuentan con que esté encantado. Cuando allí se trasladan junto a un grupo de voluntarios y amigos para rehabilitar la casa, en una noche de tormenta, comenzarán a percibir la voluntad que habita el lugar.
Dirección: Gus Trikonis. Producción: New World Pictures, Rangoon Productions, Hollywood West Entertainment. Productor: Ed Carlin. Co-productor: David Sheldon [sin acreditar]. Productores delegados: Roger Corman, Paul Joseph, Malcolm Levinthal. Guion: Galen Thompson [acreditado como Donald G. Thompson], Gus Trikonis, según un argumento de David Sheldon, sin acreditar. Fotografía: Mario DiLeo. Música: Johnny Harris. Montaje: Jack Kirschner. Dirección artística: Peter Jamison. FX: Jack H. Young (efectos de maquillaje), Hollywood Mobile Systems (efectos especiales). Intérpretes: Richard Crenna (C. J. Arnold), Joanna Pettet (doctora Caroline Arnold), Andrew Prine (profesor Raymond Guy), Cassie Yates (Mary Harper), Lynne Moody (Felicia Allen), George O’Hanlon Jr. (Pete Brooks), Victor Buono (el diablo), Mary Louise Weller (Laurie Belman), Robert Viharo [acreditado como George Viharo] (Dwight), Milton Selzer (agente inmobiliario), Ed Bakey (Sam, el conserje), Galen Thompson (Emilio Vargas). Nacionalidad y año: Estados Unidos 1978. Duración y datos técnicos: 89 min. – Metrocolor – 1.85:1 – 35 mm.
Los años setenta fueron una edad de oro del cine de terror. En esa década surgió cierta cantidad de películas icónicas, y otras brotaron a expensas de esas con el fin de aprovechar argumentos, ideas, situaciones y logros, quedando unas muy por debajo de los originales a los que intentaban emular, y otras como producciones de segunda más o menos efectivas o simpáticas.
La película que nos ocupa pertenece a este segundo grupo. En este caso, esta Profecía diabólica intenta apoyarse en los altos resultados conseguidos con La leyenda de la mansión del infierno (The Legend of Hell House, 1973), de John Hough, con una estructura narrativa muy similar, así como el uso de los personajes; incluso en ocasiones Trikonis emplea los grandes angulares de un modo parecido a como lo hacía Hough en su adaptación de la modélica novela de Richard Matheson.
Aquí tenemos a un grupo de psicólogos y sus ayudantes, que llegan a la mansión no para investigarla, pues nada saben sobre ella salvo los pocos detalles que les refiere el vendedor al inicio del film, con referencias a campos de azufre que hay por debajo de la casa, o que ya los indios consideraban aquellos terrenos malditos. Nada saben, obvio es, porque irán descubriendo el misterio poco a poco, y nosotros con ellos. Los personajes, a su vez, irán muriendo de las más variadas formas, para darle a la cinta la marcha que una producción de estas requiere. Inclusive en su semejanza con el film referido, en ambos se hace uso de un actor más o menos mítico en unos planos de unos pocos segundos, en aquélla Michael Gough, en ésta Victor Buono, y en un cometido ligeramente similar.
Por supuesto, no estamos aquí ante unos logros tan acusados como en la película que sirve a ésta de referencia. El decorado real en que todo acontece está muy bien escogido, y las salas enormes y vacías confieren un aire adecuadamente lóbrego, así como los exteriores en contrapicado dispensan el tono de misterio que es preciso. Sin embargo, hubiera sido imperioso que la casa adquiriese un nivel más de personaje, de entidad viva dentro de lo que la trama del film exige.
El guion de Donald G. Thompson no es del todo desdeñable, pero se apoya en excesivos lugares comunes, y los personajes reclaman a gritos un desarrollo psicológico más profundo, con el cual el film hubiese adquirido un poso de gravedad superior. La puesta en escena de Gus Trikonis, en fin, es lo más llano de todo el conjunto (pese al buen sustentáculo que le concede un muy buen trío protagonista), sencilla, elemental, y que no logra crear inquietud en momento alguno, cuando había muchas posibilidades para ello.
El resultado es un film convencional, como muchos de aquella misma época, que se ve sin disgusto, pero que, una vez finalizado, no deja poso alguno en el recuerdo del espectador. Un producto más de consumo, que tan pronto se deglute, se digiere y se olvida.
Anecdotario
- Títulos alternativos: House of Evil / The Evil Below / Evil / The Ark / Haunting House / Cry Demon / The Force Beyond.
- Título en Argentina: La razón del mal. Título en Colombia: El enigma de la mansión siniestra. Títulos en México: El enigma de la mansión siniestra [cine] / Fuerza satánica [vídeo].
- Presupuesto estimado: 700.000 dólares.
- El rodaje ocupó entre el 11 de mayo y el 13 de junio de 1977.
- La mansión es la Armand Hammer United World College of the American West, en la localidad de Montezuma, Nuevo México, EE.UU. Se trata de un balneario abandonado.
- Algunas copias eliminan la aparición de Victor Buono.
- La mayoría de los efectos especiales se hicieron en cámara.
- Buddy Joe Hooker se quemó la cara haciendo una escena con fuego.
- La segunda vez que Kaiser ataca a Mary, mientras la persigue por el pasillo, se oye claramente un Tie Fighter de Star Wars. El mismo efecto de sonido se oye una segunda vez más adelante en la película.
- El efecto sonoro del demonio procede de la coproducción hispano-norteamericana El sonido de la muerte / Sound of Horror (1966) de José Antonio Nieves Conde.
- Los animales están adiestrados por Lou Schumacher.
- El traje blanco de Victor Buono costó mil dólares.
- Estrenada en Estados Unidos el 5 de mayo de 1978. En España se exhibió en cines en 1985 como Profecía diabólica, pero también se conoce como El poder de Satanás (editada de ese modo por Festival Vídeo en 1984 y emitida por televisión en 1990) y El poder de Satán (editada en DVD por Mon Inter en 2023).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: **
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra