Se intenta conquistar el espacio, pero antes hay que averiguar el efecto de la radiación cósmica sobre los organismos vivos, así que se lanzan varios cohetes con animales en su interior para comprobar cómo regresan. Una de las naves, que contiene avispas, se sale de la trayectoria, estrellándose en una zona de África…

Dirección: Kenneth G. Crane. Producción: Gross-Krasne Productions. Productor: Al Zimbalist. Productores delegados: Jack J. Gross, Philip N. Krasne. Productor asociado: Sol Dolgin. Guion: Louis Vittes, Endre Bohem. Fotografía: Ray Flin. Música: Albert Glasser. Montaje: Kenneth G. Crane. Diseño de producción: Ernst Fegté. FX: Jess Davison (efectos especiales), Louis DeWitt, Jack Rabin, Irving Block, Jack Cosgrove (efectos fotográficos especiales), Wah Chang (diseño de muñecos para stop-motion), Gene Warren (animación en stop-motion). Intérpretes: Jim Davis (Dr. Quent Brady), Robert Griffin (Dan Morgan), Joel Fluellen (Arobi), Barbara Turner (Lorna), Eduardo Ciannelli (Mahri), Vladimir Sokoloff (Dr. Lorentz). Tim Huntley (agente territorial), LaVerne Jones (Kuana), Frederic Potler (operador de radar)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1957. Duración y datos técnicos: 71 min. – B/N / tintado – 1.85:1 – 35 mm.

 

Típica cinta de ciencia ficción de los años cincuenta del pasado siglo, variedad mutaciones por radiación, y también variedad insectos gigantes, en este caso avispas. Todo arranca con unas pruebas espaciales (con lo cual se introduce otro de los temas habituales del cine de la época), con distintos animales lanzados al espacio en grandes cohetes (mucho plano de archivo, en efecto) para comprobar cómo los organismos vivos se adaptan a las radiaciones del espacio, para luego considerar si se envían humanos o no. Con una breve exposición a baja altura no hay efectos, pero los que salen más al espacio y durante más tiempo regresan con una mutación en sus genes, que provoca que su descendencia vaya aumentando de tamaño. Un cohete, que transportaba avispas, se desvía y se estrella en África.

 

    

La verdad es que el hecho de ambientar la mayor parte del film en el continente negro otorga a Monster from Green Hell (1957) un toque de originalidad, al no transcurrir la acción en Estados Unidos y ver cómo la población yanqui sufre el ataque de los monstruos mutantes, aunque ello, acaso, sea con el fin de ahorrar dinero y aprovechar profusamente imágenes de archivo (algunos cálculos lo estiman en cerca de un cuarenta por ciento). Ello provoca que, en algunos momentos, donde se utilizan esos planos de archivo como transparencia, con una avispa gigante en primer plano, se empleen tomas de un film en formato panorámico y se estrujen esas imágenes para entrar en el encuadre, con resultados catastróficos.

Tenemos, pues, una película de safaris en África, con un inicio y un final con avispas gigantes de por medio. La trama avispil incita que estemos ante una especie de versión en pobre de La humanidad en peligro (Them!, Gordon Douglas, 1954), pues se expone un grupo de insectos en torno a una reina, agigantados, y el intento de acabar con ellos antes de que inicien la reproducción. Para ello los protagonistas han de enfrentarse a ellas provistos de mini-granadas explosivas, pero dado que al inicio vemos que hay un volcán de por medio es fácil colegir el clímax.

Pocas sorpresas, salvo el uso, al final, de efectos stop-motion para representar a las avispas, más una de estas combatiendo con una inmensa serpiente; el resto de las escenas con los insectos se solucionan con modelos a escala, que ofrecen las pinzas y los ojos móviles. También tenemos una protagonista femenina de peculiar belleza, Barbara Turner, un tanto al estilo de Pier Angeli. Y dentro de su flojo reparto quien mejores resultados interpretativos arroja es el actor de color Joel Fluellen.

El director es el neoyorquino Kenneth G. Crane, habitual montador que en el campo de la realización debutó con la presente, para después ofrecer las escenas adicionales de Half Human: The Story of the Abominable Snowman (1958), americanización del film japonés Jû jin yuki otoko (Ishirô Honda, 1955), el film bélico When Hell Broke Loose [tv: Espías en el infierno, 1958] y, por último, la mediocre extravagancia de culto The Manster / Sôtô no satsujinki [dvd: El monstruo de dos cabezas, 1959], codirigida con George P. Breakston. Aquí da muestras de sus limitaciones como narrador, y hace más uso de sus capacidades como montador ensamblando las imágenes de archivo con lo rodado por él.

 

Anecdotario

  • Títulos de rodaje: Creature from Green Hell / The Beast from Green Hell.

  • Título en Argentina: El monstruo del infierno verde. Títulos en México: África en las garras del monstruo (cines) / Mutantes del infierno verde (vídeo).
  • El presupuesto estimado fue de un millón de dólares, bastante superior a lo habitual en una película de serie B.
  • El rodaje comenzó el 2 de abril de 1956 en los Universal, en Universal City, y en los California Studios, en Hollywood, Los Ángeles. Los momentos finales se filmaron en las Bronson Caves, en Bronson Canyon, Los Ángeles; todo ello en California, Estados Unidos.

  • Debut de LaVerne Jones.
  • Todos los planos selváticos, en particular el ataque de la tribu, están expoliados del film El explorador perdido (Stanley and Livingstone, Henry King, Otto Brower, 1939).
  • La escena de la erupción final estaba originalmente tintada en rojo, aunque muchas copias se conservan íntegramente en blanco y negro. Hay una edición en VHS en 1997 que muestra esa escena totalmente coloreada. El DVD de 2023 restaura la escena tintada.
  • Estrenada en Estados Unidos en programa doble con The Story of the Abominable Snowman (1958).

  • Estrenada en Estados Unidos el 17 de mayo de 1957. 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: **

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra