En un club, un amigo cuenta a otro tres historias referentes a la adivinación del porvenir. Una costurera obsesionada con su fealdad, durante el Mardi Grass, conoce a un individuo que le facilita una careta de un rostro hermoso con la cual podrá vivir unas horas de felicidad. En una fiesta de la alta sociedad, un individuo lee el futuro en la palma de las manos de los invitados, acertando asombrosamente; pero cuando lee el destino de Marshall Tyler se niega a decirle lo que ha visto. Un artista circense, que hace un número en la cuerda floja, sueña que se cae de la misma y una bella mujer del público grita horrorizada; durante un viaje en barco se topará con la muchacha.

Dirección: Julien Duvivier. Producción: Universal Pictures. Productores: Charles Boyer, Julien Duvivier. Guion: Ernest Pascal, Samuel Hoffenstein, Ellis St. Joseph, según un argumento de Ellis St. Joseph (segmento 1), Oscar Wilde (segmento 2: el relato «El crimen de Lord Arthur Saville»); László Vadnay (segmento 3). Fotografía: Stanley Cortez, Paul Ivano. Música: Alexander Tansman. Montaje: Arthur Hilton. Dirección artística: Robert F. Boyle, John B. Goodman, Richard H. Riedel. FX: Tim Baar (efectos especiales), Jack Pierce (maquillaje). Intérpretes: episodio hilvanador: Robert Benchley (Doakes), David Hoffman (Davis); episodio 1: Robert Cummings (Michael), Betty Field (Henrietta), Edgar Barrier (desconocido en la tienda de máscaras); episodio 2: Edward G. Robinson (Marshall Tyler), Thomas Mitchell (Septimus Podgers), Anna Lee (Rowena), Dame May Whitty (Lady Pamela Hardwick), C. Aubrey Smith (deán de Norwalk); episodio 3: Charles Boyer (Paul Gaspar), Barbara Stanwyck (Joan Stanley / Miss Templeton), Charles Winninger (rey Lamarr); además: Lane Chandler (Satanás / acróbata), Peter Lawford (Pierrot), Doris Lloyd (Mrs. Carrington), Hank Worden, Heather Thatcher, Eddie Coke, Edward Fielding, Mary Forbes, June Lang, Paul Bryar, Marjorie Lord, Clarence Muse, Constance Purdy… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1943. Duración y datos técnicos: 91 min. – B/N – 1.37:1 – 35 mm.

 

Julien Duvivier (1896-1967) fue un hábil director francés, que hizo su debut y su fin de carrera en su país natal, pero que hacia la mitad de la misma decidió irse a hacer las Américas (también realizó diversas incursiones en Alemania). Su filmografía en Estados Unidos no está muy valorada, aunque todas las películas allí rodadas son sólidas y efectivas, y no son peores que las que rodó en Francia, donde filmó algún clásico como Pépé le Moko (Pépé le Moko, 1937), y La bandera (1935) se la dedicó a Francisco Franco. Por lo general su cine basculó entre el drama y el policial, aunque en unas pocas ocasiones se sintió tentado por el género fantástico, dentro del cual rodó Le golem (1936), nueva versión del mito, La charrette fantôme (1939), nueva versión del mito, y la presente, clásica película elegante y sobria, de lo que en aquella época se llamaba «cine artístico», y hoy en día muy poco valorado. El film, así, se apuntala en una fotografía bellísima y un reparto de primera línea para aportar cierta dignidad requerida, y se estructura en el formato de tres sketches, con un prólogo y epílogo de carácter humorístico y tres historias que aúnan fantasía y drama.

La primera historia se centra en una muchacha fea, triste por no encontrar el amor a consecuencia de su físico, a la que un misterioso individuo ofrecerá, durante el Mardi Grass, una máscara de belleza para durante unas horas poder conocer la felicidad al lado de un hombre. En ese entorno carnavalesco, Duvivier confiere a las imágenes un aura de fantasía poética arrebatadora, con tonos sombríos, como el inicio, cuando unos diablos, literalmente, sacan un cadáver ahogado de una fuente. El sketch, que se puede interpretar como una variación del cuento de Cenicienta, nos habla sobre las máscaras que portamos, que encubren nuestra verdadera naturaleza, o también de que lo que proyectamos a los demás es un reflejo de cómo verdaderamente somos, y que por nosotros mismos podemos cambiar para alcanzar nuestros objetivos: la muchacha protagonista, la belleza y el amor; y el apuesto desconocido, su futuro. La magia y la fantasía salpican la historia de principio a fin, tanto desde el punto de vista dramático como el estético, proyectando unas imágenes de una belleza asombrosa.

El segundo sketch, basado en una historia de Oscar Wilde, trata sobre un adivino que concurre a una fiesta de la alta sociedad que ofrece una dama, y que comienza a pronosticar el futuro de los asistentes a través de la mano. A varios de ellos les vaticina sucesos que acontecen al poco, pero cuando lee la mano de Marshall Tyler lee algo que lo incomoda. Ante su insistencia, el vidente finalmente le desvelará que matará a una persona. El episodio se centra en el destino y la obsesión de un ser humano, temeroso de no poder escapar a él. El estilo del presente es elegante y sobrio, destacando una fotografía apabullante en las escenas en el Puente de Londres, y la magistral interpretación de Edward G. Robinson, que da soporte a todo el conjunto. Destacan los trucajes de la «conciencia» de Tyler hablándole, realizado a través del reflejo en espejos que se dirigen a él, rodados con una precisión asombrosa, o un sugestivo plano en el que su sombra se da media vuelta y le habla.

Por último, la tercera historia es sobre un artista de la cuerda floja que sueña que se cae de ella, y entre el público hay una hermosa mujer que grita. Viajando en barco hacia Nueva York se topa con ella, y vivirán una bella historia de amor. El estilo visual que Duvivier le imprime es menos poético que el de los dos anteriores, más realista, y es el que menos elementos fantásticos tiene, si bien no carece de ellos. Es una historia de amor, como se ha dicho, y representa una especie de reverso a la previa, esto es, expone que el destino no está forjado y que puede ser variado al antojo de la persona si pone el esfuerzo preciso.

La película finaliza con la historia hilvanadora, de un modo simpático. En definitiva, un film hermoso en el sentido más amplio del término, bien hecho, elegante y de una dignidad innegable, acaso algo academicista pero cuyo visionado supone un verdadero placer cinéfilo.

 

Anecdotario

  • Título alternativo: Six Destinies.
  • Precisamente con el título de Seis destinos se estrenó en España Tales of Manhattan (1942), también de Duvivier, y con una estructura episódica análoga, sobre el destino de un traje a través de sus diversos dueños.
  • Título en Argentina y México: Carne y fantasía.
  • Rodada entre marzo y septiembre de 1943.

  • Se filmó una cuarta historia, pero fue eliminada del montaje definitivo; iniciaría la película, y presentaba el descubrimiento de un ahogado, encadenando con el cuento de la máscara, al igual que acontece entre el tercero y el cuarto sketch. El metraje de esa historia se amplió para crear una película entera, Huyendo a su destino (Destiny, 1944), de Reginald Le Borg [y Julien Duvivier].
  • Otras adaptaciones de «El crimen de Lord Arthur Saville»:

Lidércnyomás (1920), de Pál Fejös (Hungría).

Lord Saviles brott (1922), de Gunnar Klintberg (Suecia).

Arthurs forbrytelse (1955), de Sverre Bergli (Noruega).

Voor donderdagavond twaalf uur Mylord (1957), de Walter van der Kamp (Holanda; telefilm).

Suspicion: «Lord Arthur Savile’s Crime» (1958), de Robert Stevens (EE. UU.; episodio televisión).

Armchair Theatre: «Lord Arthur Saville’s Crime» (1960), de Alan Cooke (Reino Unido; episodio televisión).

Armchair Theatre: «Lord Arthur Saville’s Crime» (1960)

Lord Arthur Saviles Verbrechen (1967), de Rolf von Sydow (Alemania; telefilm).

Le crime de Lord Arthur Saville (1968), de André Michel (Francia; telefilm).

Novela: «El crimen de Lord Arthur» (1969) (España; mini-serie en serie globalizadora).

Prestuplenie lorda Artura (1993), de Aleksandr Orlov (URSS; telefilm).

The Sum of Our Choices (2007), de Oskar Flach (EE. UU.; CM).

  • Estrenada en Estados Unidos el 29 de octubre de 1943 y en España el 21 de septiembre de 1945, en Barcelona, y el 24 de septiembre de 1945, en Madrid.

 

Bibliografía

El crimen de Lord Arthur Saville; por Oscar Wilde; prólogo de Jorge Luis Borges; traducción de Fernando Humanes. Madrid: Siruela, 1984. Colección: La Biblioteca de Babel; nº 6. T.O.: Lord Arthur Saville’s Crime (1887). 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra