Un día, Allan sale a correr y es atropellado, de resultas de lo cual queda cuadripléjico. Geoffrey es científico y experimenta con monos, y a Ella le inyecta periódicamente un fluido de extractos de cerebro humano. La llevará a una entrenadora para que sirva de «ayudante» a Allan. Pero, en el proceso, la mona comenzará a experimentar una extraña conexión con el joven.
Dirección: George A. Romero. Producción: Orion Pictures. Productor: Charles Evans. Productores delegados: Peter Grunwald, Gerald S. Paonessa. Productor asociado: Peter R. McIntosh. Guion: George A. Romero, según la novela Monkey Shines de Michael Stewart. Fotografía: James A. Contner. Música: David Shire. Montaje: Pasquale Buba. Diseño de producción: Cletus Anderson. FX: Tom Savini (efectos especiales de maquillaje), Everett Burrell, Greg Nicotero, Mike Trcic (asistentes de efectos especiales de maquillaje), Steven Kirshoff (efectos especiales), Leslie Bloom (coordinador de efectos visuales), Garber / Green (efectos visuales). Intérpretes: Jason Beghe (Allan Mann), John Pankow (Geoffrey Fisher), Kate McNeil (Melanie Parker), Joyce Van Patten (Dorothy Mann), Christine Forrest (Maryanne Hodges), Stephen Root (Dean Burbage), Stanley Tucci (Dr. John Wiseman), Janine Turner (Linda Aikman), William Newman (Doc Williams), Tudi Wiggins (Esther Fry), Tom Quinn (Charlie Cunningham), Chuck Baker, Patricia Tallman, David Early, Michael Naft, Tina Romero, Mitchell Baseman, Lia Savini, Anthony Dileo Jr., Melanie Verlin, Dan Fallon, Alice Shure, Leslie Dane Shapiro, Christina Galesi, Rik Billock, Kate English, Debra Gordon, Robert Hendren, Heidi Hinzman, Brad Long, Patrick McCloskey, Eric Morgan Stuart… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1988. Duración y datos técnicos: 113 min. – color – 1.85:1 – 35 mm.
Monkey Shines es una novela de 1983, obra del escritor británico Michael Stewart[1]. Stewart se inició en el campo del thriller político, pero después decidió volcarse a los thrillers psicológicos conectados con materias científicas. La presente, precisamente, es la primera de esa corriente. Los derechos fueron comprados por los productores Peter Grunwald y Charles Evans, de Orion Pictures, en 1985, y dos años después iniciaron la producción, contratando a George A. Romero como director. Su película inmediatamente anterior había sido El día de los muertos (Day of the Dead, 1985), la tercera de la saga de los resucitados comepersonas, y era el segundo presupuesto más alto que había manejado hasta el momento, siete millones de dólares.
Una película como Atracción diabólica (Monkey Shines, 1988) no podría hacerse hoy en día por muchas razones. Una de ellas, por la naturalidad con la que muestra el sexo, máxime por parte de una persona cuadripléjica. Otra, precisamente por eso, porque el público se siente incómodo viendo según qué temáticas. Y, la mayor de todas, porque es un filme de terror, pero ello no se manifiesta hasta bien avanzada la trama. Si la hubieran hecho hoy, durante todo el arranque habrían metido montones de sustos falsos para que el espectador comprobara que sí, en efecto, que era una de terror.
Romero, pues, se toma su tiempo en exponer de qué va todo. Eso no significa que la película sea lenta, pero seguramente lo parecerá a muchos aficionados al género actuales. Es un filme de personajes, y eso es lo mejor, porque se preocupa de conferirles una psicología y una personalidad, que nos interesemos por ellos, para que, cuando acontezcan los hechos terribles, nos impliquemos emocionalmente en ellos.
Allan Mann es un muchacho joven y sano, aficionado al deporte, aunque está estudiando para abogado. Cuando empieza la película, nada más levantarse de la cama comienza a hacer ejercicio en el propio apartamento, y luego sale a correr. Un susto con un perro lo arroja a la carretera, y un coche lo atropella, por lo cual queda cuadripléjico. Su vida se ha desmoronado por completo. Está supeditado a una silla de ruedas, que incorpora una tecnología denominada Sip-and-puff o sip-n-puff (SNP), que dispone de una especie de paja por la que se sopla o inspira para moverse. Tiene una madre dominante y su novia comienza a alejarse de él.
Toda esa parte inicial es sumamente interesante, con los intentos de adaptación por parte de Allan y los tropiezos que va hallando en el camino. Su madre le pone una enfermera a su cuidado, Maryanne Hodges (interpretada por Christine Forrest, esposa de Romero), que representa una especie de alivio cómico durante esos momentos, aunque no termina de resultar cargante. Allan tiene un amigo, Geoffrey Fisher, que trabaja experimentando con animales, en concreto con monos capuchinos, y Ella es su mayor avance, a la que inyecta extractos de un cerebro humano. Geoffrey contacta con Melanie Parker, una experta que se dedica a adiestrar animales de servicio, es decir, para ayudar a personas con discapacidades. Socorrerá a Allan, pero, al mismo tiempo, Geoffrey está utilizando a su amigo como sujeto experimental para comprobar cómo funciona el mono manipulado.
Así pues, Allan comienza a hacer vida en compañía de Ella, que ciertamente es un monito adorable, aunque a la enfermera no le guste ni un pelo. Mientras, Ella, al tiempo que va actuando en la ayuda diaria, observa todo con cuidado, sin perder un detalle. Ese microcosmos que existe en la casa es analizado por el animal, y todo ello servirá para, más adelante, inducir las reacciones posteriores.
Romero dirige con sencillez y eficacia, apoyándose en el interés de la historia, y sin ejercer floritura narrativa alguna. Sus únicas marcas de autoría, diríase, son esos leves elementos de humor apuntados, y, ocasionalmente, algunos planos donde busca la inventiva por medio del encuadre, del punto de vista, para otorgar elegancia o algo de inquietud. Pero ha de reconocerse que también tiene un tono un tanto televisivo.
La relación entre Allan y Ella (dos nombres que suenan muy similares) es sumamente curiosa. La mona ha sido mutada por medio de esas inyecciones, convirtiéndola en otra cosa. Percibimos que es más inteligente de lo normal, pero también comienza a desarrollar reacciones humanas no muy positivas, un sentimiento de posesión hacia él, de celos inclusive. ¿Se está enamorando la mona del hombre?
Empieza a desplegarse también una conexión psíquica entre los dos, inclusive telepática. Ella sale al exterior, salta entre los árboles, y Allan lo siente, lo percibe. Pero también la conexión desarrolla la agresividad de Allan. Es como si en él, por el contrario, se manifestara la parte salvaje, animal, del hombre. En algunos planos apreciamos que los colmillos de Allan crecen, para asemejarse a los del capuchino, y es en los instantes donde más agresivo se vuelve.
Lo curioso del caso es que, mientras presenciaba la película —la vi en su día de estreno, y creo que una vez más en vídeo, antes de esta revisión— me recordaba poderosamente a la posterior El origen del planeta de los simios (Rise of the Planet of the Apes, Rupert Wyatt, 2011) en muchos aspectos, así en ambas un animal de laboratorio, un primate, es manipulado genéticamente y educado en una casa, con personas, e incluso el diseño de la residencia es muy similar en ambos casos, y también veremos un plano inquietante del mono contemplando a un humano mientras duerme. No sé yo si los guionistas Rick Jaffa y Amanda Silver se revisarían la presente antes de emprender su trabajo.
Pese a los modales un tanto artesanales por parte de Romero, el resultado es una película sólida, interesante, y que se toma en serio su trabajo de narrar una premisa fascinante, donde queda la duda de por qué Ella desarrolla esa personalidad agresiva. ¿Es algo inherente a la propia capacidad de volverse humana? ¿El origen del donante del cerebro tiene algo que ver? ¿Es la propia personalidad de Allan la que vuelve agresiva a Ella? Son preguntas sin respuestas en una película que busca una reacción más inmediata en el espectador. Todo queda afeado con un final feliz postizo, que se percibe falso, acompañado de un susto que parece plagiado de Carrie (Carrie, Brian De Palma, 1976). En todo caso, no se merecía el feroz fracaso comercial que tuvo.
Anecdotario
- Título de rodaje: Ella.
- Título en Argentina, Perú y Uruguay: Monerías diabólicas. Títulos en México: Monerías diabólicas (en cines) / Atracción diabólica (en video).
- Premios: en 1988, en el Festival de Sitges fue premiada en las categorías de mejor película, mejor director, mejor guion —exaequo junto a Da (Matt Clark, 1988)— y actriz (K. McNeill) y el Premio de la Asociación de críticos y escritores catalanes. En 1989, en el Festival de Fantasporto ganó como mejor película y el premio de la crítica, y ese mismo año, en el de Avoriaz, ganó el gran premio y la Antennae II.
- Presupuesto estimado: siete millones de dólares. Recaudación mundial: 5 344 577 dólares.
- El rodaje ocupó entre julio y septiembre de 1987, en distintas localizaciones de Pittsburgh, Pensilvania, Estados Unidos, entre ellas la Carnegie Mellon University y la University of Pittsburgh.
- Esta fue la primera película de estudio de George A. Romero. Sin embargo, el estudio, Orion Pictures, remontó la película en contra de los deseos del director, lo que contribuyó al fracaso de taquilla de la película.
- George A. Romero cambió el final ante la insistencia de Orion Pictures. El final original de Romero era considerablemente menos optimista, ya que daba a entender que las fuerzas malignas seguían actuando.
- El productor Charles Evans dijo que la escena del incendio era mucho más explícita en la toma original.
- El protagonista, Jason Beghe, es el intérprete principal de la serie de televisión Chicago P.D. (2014-…), como el sargento Henry ‘Hank’ Voight. También es cienciólogo. La característica voz profunda que ahora tiene proviene de un accidente de coche que sufrió en 1999, por la intubación.
- Uno de los primeros papeles de Stanley Tucci. Debutó con El honor de los Prizzi (Prizzi’s Honor, John Huston, 1985).
- La mona Boo interpreta a Ella. La propietaria de Boo fue Alice Levee, quien la entrenó, junto a los otros monos, ayudada por Christine Handlin, David Meeks, Alison Pascoe y Judy Zazula.
- Los sonidos animales fueron proporcionados por el habitual Frank Welker.
- Este fue el primer papel cinematográfico de Stephen Root, que interpreta al jefe Burbage, y que entonces era actor de teatro. Según Root, su agente le había aconsejado que no revelara a los directores de casting que no tenía experiencia como actor de cine.
- El ayudante de producción fue George C. Romero, hijo de George A. Romero y de Christine Forrest, que interpreta a la enfermera Maryanne. Otros cuantos familiares más de Romero participan en la película.
- Al parecer, habías escenas de maltrato de animales, y, aunque eran fingidas, se decidió eliminarlas para evitar conflictos.
- Estrenada en Estados Unidos el 29 de julio de 1988 y en España el miércoles 7 de junio de 1989, en Madrid en los cines Fuencarral y Rosales, en versión doblada, y en el Infantas, en versión original subtitulada.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: ***
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Está inédita en España, pero de él tenemos publicada aquí otra, Grace (Grace, 1989), y hay otra más que está en castellano, en edición argentina, Apuesta ciega (Blindsight, 1987).