A los 87 años ha fallecido el actor Terence Stamp, este pasado domingo 17 de agosto. Un actor fundamental en la historia del cine.
Nacido como Henry Terence Stamp en Londres, Inglaterra, el 22 de julio de 1938, era el mayor de cinco hijos. Estudió en la Webber Douglas Academy of Dramatic Art de Londres, y a inicios de la década de los sesenta debutó en cine y teatro. Con una carrera cinematográfica y televisiva de casi cien títulos a sus espaldas, su primera interpretación fue en la pequeña pantalla con un episodio de la serie Spy-Catcher (1959–1961), y después aparecería en un pequeño cometido en el drama Escándalo en las aulas (Term of Trial, Peter Glenville, 1962), pero ya su segundo papel en el cine llamó la atención, con la aventura marina La fragata infernal (Billy Budd, Peter Ustinov, 1962), donde es el protagonista y el personaje del título original, basado en la novela de Herman Melville.
Sin embargo, su consagración definitiva llegó con la magnífica El coleccionista (The Collector, William Wyler, 1965), un filme de intriga y terror donde encarna al inquietante Freddie Clegg, un hombre obsesionado por una mujer interpretada por Samantha Eggar. Una película fundamental en la carrera de Stamp, y una joya por sí misma. Después participaría en algún título importante del nuevo cine británico, como Lejos del mundanal ruido (Far from the Madding Crowd, John Schlesinger, 1967), y en Italia aportó dos títulos esenciales como son el segmento «Toby Dammit», dirigido por Federico Fellini, dentro del filme de episodios Historias extraordinarias (Tre passi nel delirio / Histoires extraordinaires, 1968), una obra maestra más del género del terror (el episodio de Fellini, no la película en su globalidad), y luego ese mismo año el Teorema (Teorema, 1968) de Pier Paolo Pasolini, una parábola existencialista que también tiene una lectura fantástica, y donde aporta un ambiguo personaje.
La década de los setenta vio sus participaciones en cine menguadas, hasta que logró un pequeño rol, el del general Zod, en Superman (Superman, Richard Donner, 1978), papel que se vio ampliado en la secuela Superman II (Superman II, Richard Lester, 1980). Su conexión con la creación de Siegel y Shuster no se detuvo ahí, puesto que, años después, en la serie de televisión Smallville (Smallville, 2003-2011), no apareció físicamente, pero puso voz a Jor-El, esto es, el padre de Superman, en 23 episodios.
A partir de los años ochenta fue más bien una figura de prestigio que apareció en producciones dispersas, como, por ejemplo, en el excelente filme licantrópico En compañía de lobos (The Company of Wolves, Neil Jordan, 1984) o en la curiosa cinta de terror Link (Link, Richard Franklin, 1986). También apareció en películas prestigiosas como El siciliano (The Sicilian, Michael Cimino, 1987) o Wall Street (Wall Street, Oliver Stone, 1987), e incluso en España participó en Beltenebros (Pilar Miró, 1991), aunque por esas fechar aportaría una interpretación colosal en la australiana Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert, Stephan Elliott, 1994).
Consiguió que gente que jamás había oído hablar de él lo conocieran con su cometido de Valorum en Star Wars: Episodio I – La amenaza fantasma (Star Wars: Episode I – The Phantom Menace, George Lucas, 1999). Su última película fue la sugestiva Última noche en el Soho (Last Night in Soho, Edgar Wright, 2021), y estaba a punto de volver a interpretar a Bernadette en Priscilla Queen of the Desert 2 a las órdenes de Stephan Elliott cuando la muerte se cebó sobre él, por lo cual es posible que el proyecto se suspenda.
Su nombre estuvo barajándose para el cometido de James Bond en alguna ocasión, en teatro interpretaría a Drácula en 1978, y escribió varios libros de memorias, una novela y un par de manuales de cocina. Ganó a lo largo de su carrera 9 premios y 15 nominaciones, entre ellos el Globo de Oro en 1964 a actor promesa por La fragata infernal y mejor actor en el Festival de Cannes en 1965 por El coleccionista. Descanse en paz este grandioso intérprete.