Martha está casada con Jim. Él formaba parte de una comunidad religiosa conocida como los hititas, que habitan cerca de la granja donde ellos viven, y él la abandonó por amor a ella. Cuando él muere en un misterioso accidente con el tractor, dos amigas vienen a visitarla para darle apoyo moral. Pero nuevas muertes acontecen.
Dirección: Wes Craven. Producción: PolyGram Filmed Entertainment, Inter Planetary. Productores: Patricia Herskovic, Max A. Keller, Micheline H. Keller. Productor delegado: William S. Gilmore. Productores asociados: Matthew Barr, Glenn M. Benest. Guion: Glenn M. Benest, Matthew Barr, Wes Craven, según argumento de G. M. Benest y M. Barr. Fotografía: Robert C. Jessup. Música: James Horner. Montaje: Richard Bracken. Diseño de producción: Jack Marty. FX: John Naulin (efectos de maquillaje). Intérpretes: Maren Jensen (Martha Schmidt), Sharon Stone (Lana Marcus), Susan Buckner (Vicky Anderson), Jeff East (John Schmidt), Colleen Riley (Melissa), Douglas Barr (Jim Schmidt), Lisa Hartman (Faith Stohler), Lois Nettleton (Louisa Stohler), Ernest Borgnine (Isaiah Schmidt), Michael Berryman (William Gluntz), Kevin Cooney (sheriff), Bobby Dark, Kevin Farr, Neil Fletcher, Jonathon Gulla, Chester Kulas Jr., Lawrence Montaigne, Lucky Mosley, Dan Shackleford, Annabelle Weenick, Jenna Worthen, Percy Rodrigues, Michael Minton, Dean Nolen… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1981. Duración y datos técnicos: 100 min. – Metrocolor – 1.85:1 – 35 mm.
Después del díptico formado por La última casa a la izquierda (The Last House on the Left, 1972) y Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes, 1977), muestras de cine independiente un tanto al margen de la industria[1], Wes Craven intentó integrarse en esa industria. Tras la segunda había hecho un telefilm, Las dos caras de Julia (Stranger in Our House, 1978)[2], y a continuación se puso a cargo de Bendición mortal (Deadly Blessing, 1981), que ya puede considerarse una película dentro de los estándares de Hollywood, donde incluso se cuenta con una estrella del nivelazo de Ernest Borgnine. Además, la ahora famosa Sharon Stone aparece aquí en su primer papel cinematográfico de enjundia, después de haber hecho muy cortas apariciones en Recuerdos… (Stardust Memories, Woody Allen, 1980) y Los unos y los otros (Les uns et les autres, Claude Lelouch, 1981).
De todas maneras, la presente no puede considerarse un borrón y cuenta nueva en la carrera de Craven, pues el film dispone de una serie de elementos que lo conectan con el referido díptico precedente, así podría decirse que también detenta un cierto aura de American Gothic y, al igual que Las colinas tienen ojos, gran parte de sus escenas se ofrecen en un entorno diurno y brillante de sol. Aquí sí, intenta ofrecer unos personajes más estandarizados, y de hecho las escenas de transición, en ese sentido, se muestran un tanto anodinas, incapaces de proporcionar cierta dimensión al conjunto. En todo caso, se ofrece más interesado en conferir desarrollo a esa comunidad religiosa que nos presenta, los hititas. En realidad, esta es una sociedad ficticia. Los verdaderos hititas fue un pueblo que vivió en Anatolia en el siglo VIII a. C. Estos son más bien una bifurcación de los amish, en lo que concierne al reflejo de sus costumbres, vestimenta y rechazo de la tecnología. Imagino que ese cambio fue derivado, por un lado, a un intento de no tener problemas legales con esa colectividad, por el reflejo que de ella se hace, y por otro para poder utilizar libres recursos descriptivos con fines dramáticos.
La película procura un enfrentamiento, en diversos sentidos, entre esa comunidad y la contemporánea, representada primero por el matrimonio Schmidt, y luego por la viuda Martha y sus dos amigas. Estas suelen vestir con camisetas ceñidas y shorts, mientras que los hititas, por supuesto, tienen actitudes rígidas en la moral y la vestimenta. Su líder, Isaiah Schmidt, es el suegro de Martha, y rechazó a su hijo una vez este tomó el camino del matrimonio con ésta, una infiel. El despotismo y la violencia es el modo en que educa y se comunica con su colectividad, y sus ojos brillan de ira en todo momento. La interpretación de Ernest Borgnine es sencillamente magistral[3].
Esa contraposición de costumbres, como se decía, es la que articula en gran parte los personajes dentro de la película, y en especial el sexo, aunque este aparezca reflejado de manera un tanto pudibunda. Dentro de la comunidad hitita tenemos a otro de los hijos de Isaiah, John (Jeff East), que observa ese otro mundo que le es ajeno con cierta curiosidad, y a una de las mujeres con no poco interés. La chica de su pueblo a la que está prometido, Melissa, por supuesto es tan casta y virginal como cabría prever, y él está desesperado por conocer las delicias del sexo, diciéndolo lisa y llanamente.
En ese entorno se sucede una serie de crímenes por parte de una mano invisible. Al final, todo es más o menos desvelado, y ese clímax, como suele suceder en el cine de Craven, está un tanto cogido con pinzas, en la confluencia de personajes, motivaciones y derivaciones. Demasiados personajes, de hecho, son los que identifican momentos dispersos y previos, y todo es demasiado gratuito y relativo para que las piezas, más o menos, encajen. Aquí tenemos también un concursante impulsado por el sexo, un chico que ha sido educado como si fuese una chica, pero que no puede ocultar sus impulsos, lo cual lo convierten en un loco homicida. Esta vuelta de tuerca freudiana, un tanto en la estela de Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960), chirría con lo precedente, y hay que ser muy benévolo para aceptarlo, aunado con los otros participantes que derivan en ese punto.
La película, con todo, ofrece cierta solidez formal, donde destaca una excelente fotografía, aunque hay dos elementos que le proporcionan su nivel más destacado. Por un lado, la referida y excelente interpretación de Ernest Borgnine, lo cual le dispensa un nivel de profundización psicológica de la cual carece el resto del film. Por otro, la resultona partitura musical obra de James Horner, llena de coros escalofriantes, aunque recurra al medio de copiar de forma muy explícita la composición anterior de Jerry Goldsmith para La profecía (The Omen, Richard Donner, 1976), de la cual se identifican pasajes con idéntica escala de notas u orquestación. Choca, por lo demás, ver a una actriz tan potente como Sharon Stone interpretando al personaje más frágil del conjunto, aunque, siendo tan sólida como es, saca adelante muy bien su labor. En resumidas cuentas, dentro de sus enormes restricciones, muy propias por otro lado del restringido Wes Craven, el film ofrece elementos de interés que sobresalen y convierten Bendición mortal en un producto que merece cierta consideración.
Anécdotas
- Título en España de algunos pases televisivos: Bendición fatal.
- Título en Argentina: Éxtasis mortal.
- En los premios Stinkers Bad Movie de 1981 la actriz Lisa Hartman ―que interpretó a Tabitha Stephens en el spin off de Embrujada (Bewitched, 1964-1972), Tabitha (1976- 1978)―, fue nominada al acento más falso en intérprete femenina. En 1982, en los premios Razzie, Ernest Borgnine fue nominado a peor actor secundario (!!!).
- El presupuesto estimado del film fue de dos millones y medio de dólares.
- Los desnudos de Maren Jensen están hechos por una doble. La actriz es muy conocida por su personaje de la teniente Athena de la serie Galáctica, estrella de combate (Battlestar Galactica, 1978-1979), siento Bendición mortal su única película.
- La copia estrenada en España tenía amputado el final, con la vuelta de tuerca argumental (en el Reino Unido también faltaba). Ese final, por cierto, fue imposición de los productores.
- La reciente edición española en Blu-ray, editada por JRB en 2015, aparte de no ser legal, no es prensada, y los subtítulos, amén de hallarse inundados de modismos sudamericanos, están plagados de faltas de ortografía y errores de sintaxis. Además, es la copia que carece del final extendido.
- Estrenada en Estados Unidos el 14 de agosto de 1981. En España se estrenó el 27 de agosto de 1982, en Barcelona y Madrid (en el cine Rex).
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: **
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Entre ambas dirigió otro film, de carácter pornográfico, The Fireworks Woman (1975), encubierto bajo el seudónimo de Abe Snake.
[2] En algunos lugares se estrenó en cines, así en España. Esa versión para salas comerciales gozó del título original de Summer of Fear. Precisamente esa es la película que están proyectando en el cine que se ve en la presente.
[3] Ernest Borgnine ya interpretó con anterioridad a un amish en el estupendo thriller Sábado trágico (Violent Saturday, Richard Fleischer, 1955).