Guy Carrell refiere que su padre sufría catalepsia y que él le escuchó despertar en el ataúd y morir en un terrible sufrimiento. Ahora, el desenterramiento de un hombre que da muestras de haber recuperado la consciencia dentro de la tumba le provoca nuevos temores, creyendo que ha heredado la catalepsia de su padre. Rompe su compromiso de matrimonio con Emily, para no endosarle su problema, pero al fin ella le convence de que sigan adelante. Sin embargo, una vez casados, Guy sigue inmerso en su obsesión…

Dirección: Roger Corman. Producción: Santa Clara Productions para American International Pictures (AIP). Productores: Samuel Z. Arkoff [sin acreditar], Roger Corman. Productor delegado: Gene Corman. Guion: Charles Beaumont, Ray Russell, según el relato de Edgar Allan Poe. Fotografía: Floyd Crosby. Música: Ronald Stein, [y Les Baxter, música de stock]. Montaje: Ronald Sinclair. Dirección artística: Daniel Haller. FX: Donald C. Glouner (productor de efectos visuales). Intérpretes: Ray Milland (Guy Carrell), Hazel Court (Emily Gault), Richard Ney (Miles Archer), Heather Angel (Kate Carrell), Alan Napier (Dr. Gideon Gault), John Dierkes (Sweeney), Dick Miller [acreditado como Richard Miller] (Mole), Clive Halliday (Judson), Brendan Dillon (ministro)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1962. Duración y datos técnicos: 81 min. – color – 2.35:1 – Eastmancolor – Panavision – 35 mm.

 

Tras el gran éxito que tuvieron las dos primeras entregas del ciclo sobre Poe, Corman se encaró con una tercera. De nuevo, en principio, sería con destino a la American International Pictures, pero tras diversas reuniones no llegaron a un acuerdo económico, y el director canceló su relación con estos y encaró la producción con idea de que la financiadora fuese Pathé Lab, un laboratorio fotográfico que efectuaba las copias para AIP, y que también había respaldado algunas de sus producciones. La intención inicial de Corman era contar con Vincent Price en el rol principal, pero estaba bajo contrato con la AIP, y estos no le cedieron[1], de ahí que el protagonismo recayera sobre Ray Milland, quien luego volvería a colaborar con el realizador en El hombre con rayos X en los ojos (X: The Man with the X-Ray Eyes, 1963). Sin embargo, durante el primer día de rodaje, AIP abordó a Corman y llegaron al fin a un acuerdo; Pathé les pasó los derechos del film, y a cambio todos los trabajos de laboratorio posteriores serían con ellos.

La nueva obra de Edgar Allan Poe a adaptar era «El entierro prematuro» («The Premature Burial»), que había sido publicada en el periódico The Philadelphia Dollar Newspaper en 1844. Se trata de un «relato» muy particular, pues es muy breve, y está dividido en dos partes: en la primera, el narrador hace una especie de ensayo acerca de lo que es la catalepsia, y relata ciertas situaciones al respecto; y en la segunda refiere la angustia que siente sobre ese hecho, para después exponer cómo le acontece esa circunstancia, con un giro final humorístico.

Por supuesto, adaptar eso era prácticamente imposible, por lo cual había que crear una historia desde cero donde el motivo central fuese la catalepsia. Para ello, esta vez Corman contó con dos nuevos libretistas, Charles Beaumont y Ray Russell. Beaumont (1929-1967) era un magnífico escritor, autor sobre todo de relatos, y participó de forma abundante en la serie Dimensión desconocida (The Twilight Zone, 1959-1964). En cine, por supuesto, fue versionado en varias ocasiones, pero también participó como guionista. En 1962 se estrenó la estupenda película británica Night of the Eagle [tv: Arde, bruja, arde], que escribió junto a Richard Matheson y George Baxt, basándose en una novela de Fritz Leiber, y después abordaría la presente. Beaumont volvería a colaborar con Corman en The Intruder [tv/dvd: El intruso, 1962], donde él mismo hizo la versión de su novela, The Haunted Palace [tv/dvd: El palacio de los espíritus, 1963] y La máscara de la Muerte Roja (The Masque of the Red Death, 1964)[2].

Ray Russell (1924-1999), por su parte, fue escritor de relatos y de novelas (la mayoría inéditas en España), y su debut como guionista se produjo con Mr. Sardonicus [dvd/tv: Mr. Sardonicus, William Castle, 1961], donde adaptaba su propia novela corta. Volvería a participar con Corman en El hombre con rayos X en los ojos.

Ya se ha mencionado que un relato como «El entierro prematuro» era imposible de adaptar, por lo cual había que partir, literalmente, de cero. Lo curioso es que con anterioridad, dentro de la serie de televisión Thriller (Thriller, 1960-1962), presentada por Boris Karloff, se versionó el cuento con «The Premature Burial», que fue emitido el 2 de octubre de 1961, siendo el episodio 3 de la segunda temporada, con Douglas Heyes como director, guion de este junto a William D. Gordon y protagonismo del propio Karloff junto a Patricia Medina, Sidney Blackmer y Scott Marlowe. El caso es que hay unos cuantos elementos argumentales de la película de Corman que coinciden con ese episodio, en especial la escena en que el «enfermo» enseña a su esposa y un amigo la cripta especial que ha construido, donde se ve la puerta que se abre automáticamente, el ataúd que se «despliega», los alimentos preparados para una espera y la campana para avisar.

Sea como fuere, la película, en su estreno, tuvo críticas más tibias que sus dos predecesoras, y es obvio que resulta algo inferior a estas, pero tampoco se la puede considerar mediocre, ni mucho menos. Sigue teniendo elegancia, un estupendo uso de una cámara fluida y móvil, que crea una atmósfera y define bien a los personajes. El reparto es sólido, con Ray Milland ofreciendo una interpretación muy distinta, sin duda, a lo que hubiera hecho Vincent Price, pero muy valiosa, en un personaje de temperamento volátil, que tan pronto está simpático con su esposa como súbitamente se irrita, que pasa de la alegría al terror en un instante. Además, la música de Les Baxter, aun siendo de stock, es decir, no compuesta ex profeso para el film, encaja muy bien con las imágenes y aporta una ambientación exquisita.

Es curioso que la trama recupere un elemento de la primera aportación al ciclo, La caída de la Casa Usher (House of Usher, 1960) como es que el protagonista, Guy Carrell, parece disfrutar de la misma hipersensibilidad auditiva que Roderick Usher. Y los personajes semejan similares a previos ―y posteriores― del ciclo. Aquí, Carrell vive con una hermana, Kate, como en la citada, y entre este, su prometida (luego esposa) y el amigo de la familia, Miles Archer, se establece una dinámica similar a la que se daría en la adaptación de «El caso del señor Valdemar» que ofrecía Historias de terror (Tales of Terror, 1962).

El papel femenino principal corresponde a Hazel Court, actriz inglesa que trabajaría para la Hammer en La maldición de Frankenstein (The Curse of Frankenstein, 1957) y en The Man Who Could Cheat Death [tv/dvd: El hombre que podía engañar a la muerte, 1959] ―y que luego repetiría con Corman en La máscara de la Muerte Roja―. Puede que, de manera inconsciente, esta relación nos haga pensar en otras películas de la compañía británica, como son las intrigas psicológicas de finales de los cincuenta y a lo largo de los sesenta, lo cual nos hace de inmediato sospechar que haya un acuerdo entre la esposa, Emily, y el posible amante que representaría Miles, para deshacerse del marido. Y aunque hay escenas de diálogos entre Emily y Miles que nos harían desechar la idea ―a menos que los guionistas nos engañaran―, hay sin embargo elementos que siguen haciéndonos recelar. Al final, no es exactamente eso, y otorga un interesante quiebro a la narración, no haciéndola tan evidente como podría parecer en un inicio.

Ya se ha referido que la música es de stock. Pese a lo cual hay un uso de ella muy interesante en un componente extradiegético que se convierte en diegético. Justo al arranque de la película, mientras están efectuando la exhumación de un cadáver (no es el padre de Guy, como se pueda pensar), uno de los desenterradores está silbando una tonada popular irlandesa, «Molly Malone». Más adelante, Emily la toca al piano, lo cual reactiva en Guy su obsesión. Y después, mientras vaga por el páramo, el protagonista oye el silbido de nuevo, para toparse repentinamente con el enterrador. Y, lo mejor de todo, es una noche cuando vaga por la mansión; se oye el silbido del viento, pero escuchamos dos tonos: uno real, y otro que remeda la melodía de «Molly Malone».

De tal manera, La obsesión representa una nueva aportación al ciclo, algo inferior, como se ha dicho, a las dos previas, pero que, con todo, sigue ofreciendo un nivel muy sólido dentro de la continuidad de estas adaptaciones de la obra de Edgar Allan Poe. Aún con sus irregularidades merece mucho la pena.

 

Anecdotario

  • Título en Argentina: Entierro prematuro. Título en México y Perú: El entierro prematuro.
  • En 1962 fue galardonada en los premios Laurel en la categoría de sleeper del año.
  • Rodada con un presupuesto estimado de 1.250.000 dólares, a partir del 30 de octubre de 1961, en los Producers Studios de Hollywood, Los Ángeles, California, Estados Unidos.
  • Única película del ciclo que no incluye una cita de Edgar Allan Poe para rubricarla.
  • El ayudante de dirección fue Francis Ford Coppola.
  • El ayudante de producción fue el actor cormaniano Jonathan Haze.
  • Las pinturas que ejecuta el personaje de Ray Milland son debidas a Burt Shonberg.
  • Al explicar sus teorías sobre el vínculo entre el cuerpo y la mente, Miles Archer se refiere a un colega llamado Cargrave. Sir Robert Cargrave, un distinguido médico, es el héroe de la novela de terror Sardonicus de Ray Russell, uno de los guionistas de esta película.
  • Guy tiene varios cartuchos de dinamita por si tiene que salir de la tumba volándola. La dinamita se inventó en 1868, diecinueve años después de la muerte de Edgar Allen Poe. Como no hay un año definido para esta película, es más una curiosidad que un fallo.
  • Última película de Heather Angel.
  • Max Hallan Danne escribió una novelización de la película en 1962, adaptada del guion de Charles Beaumont y Ray Russell y publicada por Lancer Books en rústica.
  • Adaptaciones de «El entierro prematuro»:

Prelude (1927), de Castleton Knight.

The Crime of Doctor Crespi (1935), de John H. Auer.

Thriller: «The Premature Burial» (1961), de Douglas Heyes [episodio serie tv].

La obsesión (The Premature Burial, 1962), de Roger Corman.

Haunting Fear (1991), de Fred Olen Ray.

Nightmares from the Mind of Poe (2006)

Šílení (2005), de Jan Švankmajer.

  • Siguiente película del ciclo Poe-AIP: Historias de terror [dvd: Cuentos de terror] (Tales of Terror, 1962).
  • Estrenada en Estados Unidos el 7 de marzo de 1962 y en España el 29 de enero de 1963, en Barcelona.

 

Bibliografía

«El entierro prematuro». En Cuentos completos. Edición comentada; por Edgar Allan Poe; recopilación de Fernando Iwasaki y Jorge Volpi; traducción de Julio Cortázar. Madrid: Páginas de Espuma, 2008. Colección: Voces; nº 113. T.O.: «The Premature Burial» (1844). También traducida como: «Enterrado vivo», «El enterramiento prematuro», «La inhumación prematura», «Un entierro prematuro». 

Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)

 

CALIFICACIÓN: ***

  • bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

 

[1] También perdió la opción de contar con Richard Matheson como guionista.

[2] En 1963, con solo 34 años de edad, y con muchos compromisos de trabajo, le fue diagnosticada una misteriosa enfermedad cerebral. Al parecer, derivaba de una meningitis espinal que sufrió de pequeño, y que ahora se le complicó con Alzheimer y demencia frontotemporal variante conductual. Ello repercutió en dificultades para hablar, concentrarse, la memoria y abundantes cefaleas, lo cual tuvo consecuencias laborales. Cada vez más impedido, un grupo de amigos, como William F. Nolan o Jerry Sohl, le reemplazaron en sus trabajos, constando él como autor, para ayudarle. Cuando murió en 1967, a los 38 años, su hijo Christopher declaró que aparentaba 95.