En Transilvania ya no quedan vírgenes, cuya sangre es lo único que puede ingerir Drácula para darle vitalidad. Junto a su sirviente Anton se traslada a Italia, donde el catolicismo imperante en el país puede ocasionar que aún queden jóvenes muchachas sin haber catado hombre. Llega a un pueblo donde está la residencia de los marqueses Di Fiore, que tiene cuatro bellas hijas y un jardinero robusto y atractivo. ¿Serán vírgenes?
Dirección: Paul Morrissey. Producción: Compagnia Cinematografica Champion, Yanne et Rassam, Andy Warhol Presentation. Productores: Andrew Braunsberg, Carlo Ponti, Andy Warhol, Jean Yanne. Co-productor: Jean-Pierre Rassam. Guion: Paul Morrissey, [Pat Hackett, sin acreditar]. Fotografía: Luigi Kuveiller. Música: Claudio Gizzi. Montaje: Franca Silvi. Diseño de producción: Enrico Job. Ayudante de dirección/Director de segunda unidad: Antonio Margheriti [sin acreditar]. FX: Carlo Rambaldi (efectos especiales). Intérpretes: Joe Dallesandro (Mario Balato, el sirviente), Udo Kier (conde Drácula), Vittorio De Sica (il marchese Di Fiore), Maxime McKendry (la marchesa Di Fiore), Arno Jürging (Anton, sirviente del conde), Milena Vukotic (Esmeralda), Dominique Darel (Saphiria), Stefania Casini (Rubinia), Silvia Dionisio (Perla), Inna Alexeievna (anciana en la taberna), Gil Cagne (lugareño), Emi Califri, Eleonora Zani (hermana de Drácula), Giorgio Dolfin, Stefano Oppedisano, Roman Polanski (hombre en la taberna)… Nacionalidad y año: Italia, Francia, Estados Unidos 1974. Duración y datos técnicos: 103 min. – Eastmancolor – 1.85:1 – 35 mm.
Existe mucha leyenda en torno a la presente película, y puede que mucho de lo que se cree como cierto no lo sea, y mucho de lo que se considera una patraña sea verdad. Parece ser que, durante la promoción del film ¿Qué? (Che?, 1972), su director Roman Polanski se encontró con Paul Morrisey, director de filmes de vanguardia como Flesh – Carne (Flesh, 1968), Trash – Basura (Trash, 1970) y Heat – Caliente (Heat, 1972), protagonizados por Joe Dallesandro. Ambos, realizador y estrella, habían surgido de la factoría de Andy Warhol y vivían más o menos de eso. Pues bien, en ese encuentro, y según cuenta Morrisey (lo cual no es muy de fiar), Polanski le dijo que él era «una persona innata para hacer una película en 3-D sobre Frankenstein». Y añadió: «Pensé que era la opción más absurda que podía imaginar»[1]. Ahí tenía razón. Pero el caso es que luego Morrisey le propuso esa idea a los productores Carlo Ponti y Andrew Braunsberg; no solo eso, sino que le sugirió una sobre Drácula y otra sobre Frankenstein. Y se llegó a un acuerdo.
Sobre la implicación de Andy Warhol en todo ello, también hay mucha leyenda. Ambos filmes se lanzaron como si fueran dirigidos por él, cuando era por completo mentira. En la página web IMDb figura como productor, pero lo más seguro es que eso sea falso. Cuando se le preguntó al multidisciplinar artista en qué había contribuido, él declaró: «Yo asistía a las fiestas», y luego matizó un poquito: «Todos los de La Factoría aportábamos ideas»[2]. Lo más seguro es que le pagaran para usar su nombre y hasta ahí llegó su colaboración.
También existe controversia sobre quién fue el director del filme en realidad. Los créditos internacionales ponen al frente a Morrisey, mientras que las copias italianas mencionan a Antonio Margheriti. Udo Kier declaró que los actores recibieron instrucciones de Morrisey y de nadie más, y que nunca vio a Margheriti. Por su parte, Edoardo Margheriti, hijo del realizador italiano, sobre la implicación de su padre en ambos filmes, informó:
Lo que ocurrió es que Paul Morrisey trabajaba sin guion. Filmaba escenas improvisadas según se le iban ocurriendo, que luego no se conectaban entre sí. Viendo esto el primer día de rodaje, Ponti le pidió a mi padre, que inicialmente solo era el técnico de los efectos tridimensionales de Carne para Frankenstein, que supervisara y escribiera nuevas escenas con las que se pudieran montar los filmes de una forma coherente. De este modo, todas las escenas en las que aparecen los niños de Carne para Frankenstein fueron dirigidas por él. El trabajo de Antonio puede ser, aproximadamente, un veinte por ciento de Carne para Frankenstein, mientras que en Sangre para Drácula filmó muchísimo menos. No obstante, por motivos burocráticos en Italia tuvo que firmar las dos películas como si fuesen suyas[3].
Morrisey explotaba en el film la figura sexual que había cimentado Joe Dallesandro, quien, con dieciséis años, comenzó a trabajar como modelo desnudo, apareciendo en cortos eróticos y revistas sobre hombres. En 1967 Dallesandro conoció a Warhol y Morrisey, y trabajó en el tríptico referido del segundo, así como en Lonesome Cowboys (1968) ―títulos de rodaje: Fuck y The Glory of the Fuck―, dirigido por Warhol y escrito y producido por Morrisey. Con Dallesandro, pues, como estrella, Sangre para Drácula (Sangue per Dracula, 1974) le presenta como el jardinero y chico para todo (y recalquemos para todo) de la finca de los Di Fiore. En ese entorno, se integra Drácula.
La película arranca con el conde (un escuchimizado Udo Kier) maquillándose ante un espejo… donde no se refleja. Ello es indicativo de por dónde irán los tiros a lo largo de toda la trama: aparentar mucho para no mostrar nada. Con toda sinceridad, no tengo claro si la cinta es conscientemente humorística, o es tan ridícula que provoca la carcajada sin pretenderlo, pues al tiempo se toma en serio a sí misma. Y es que utiliza la historia del enfrentamiento entre el conde y el jardinero como parábola política. Drácula, por supuesto, es un noble, como también lo es la familia que lo acoge; Mario Balato, el jardinero, es un activista de izquierdas, que promueve el derrocamiento de la aristocracia que vive de chupar la sangre al pueblo. Sí, así de obvio es el filme.
Al parecer, Drácula ha de abandonar Transilvania porque allí ya no quedan vírgenes. Y es que, en esta obra, el único tipo de sangre que puede digerir es el de muchachas que no hayan gozado de macho, y cuando toma accidentalmente la de una que no lo es, se pone muy malito y corre a vomitar a la taza del váter. También consume verduritas y algún té, pero solo si es de las hierbas más exquisitas. Y se queja de no poder llevarse en el viaje algunos pajarillos y flores. Por lo demás, como hemos visto, no se refleja en los espejos, las cruces le provocan rechazo pero puede tocarlas, para esconderlas con el mismo asco con que un puritano apartaría una foto guarra. No soporta el ajo (no queda claro hasta qué punto), y puede ser destruido del modo tradicional, aunque aquí, como en la novela, puede salir a la luz del día, si bien se coloca el sombrero delante para que no le moleste el sol.
Lo más llamativo de todo el film es lo desastrosamente mal que actúan todos los intérpretes, incluido Vittorio de Sica. Sale en un breve papelillo Roman Polanski, haciendo de rudo campesino bigotudo, que resulta por completo disparatado. Hay muchas escenas de sexo, con dos de las cuatro hermanas prodigándose de lo lindo con el jardinero, y además entre ellas, es decir, incestuosas y lesbianas. El mozo utiliza su herramienta enhiesta para salvar a las muchachas de su virginidad y, por tanto, evitar que sean víctimas del vampiro. Aparte de ello, con las dos hermanas mantiene una relación de dominio y poder, siendo él de hecho el amo y ellas las esclavas, y tiende a la violencia, clamando que quiere violar a la hermana pequeña de catorce años.
Las interpretaciones, como queda evidente, semejan por completo amateur, así como la dirección de Paul Morrisey, que ya de por sí en el célebre tríptico referido dio muestras de su escasa capacidad narrativa, si bien aquellas cintas tuvieron éxito por su aire transgresor, porque no eran de género -y eso a los críticos serios les pone mucho- y por los desnudos. Aquí, la simpleza de todo, en forma y fondo, queda evidente, y solo la calidad de la fotografía y la belleza de la música en algunos pasajes (en otros resulta por completo inadecuada) aporta algo de viveza a las imágenes. Sangre para Drácula puede ser vista como una cachondada, pero tomársela en serio es por completo imposible. Es la muestra de cómo un caradura vivió por el morro durante un tiempo.
Anecdotario
- Títulos alternativos en Italia: Dracula cerca sangue di vergine / Dracula cerca sangue di vergine e… morì di sete!!! / Dracula vuole vivere: cerca sangue di vergine!
- Títulos de coproducción: Du sang pour Dracula (Francia) / Blood for Dracula (EEUU).
- Título alternativo en Estados Unidos: Andy Warhol’s Dracula.
- Otros títulos alternativos: Dracula / Andy Warhol’s Young Dracula / Young Dracula.
- Título en Argentina: Sangre para Drácula. Título en México: Drácula.
- Rodada en Italia y en Serbia, a partir del 20 de mayo de 1973, y a lo largo de tres semanas.
- Para el papel de Drácula optaron el cantante Johnny Hallyday y Srdjan Zelenovic (el monstruo de Carne para Frankenstein).
- Udo Kier perdió nueve kilos en una semana para interpretar al conde Drácula. El primer día de rodaje estaba tan débil que no podía mantenerse en pie.
- Estrenada en Estados Unidos el 6 de noviembre de 1974, en Francia el 22 de enero de 1975 y en Italia el 14 de agosto de 1975. En España no se estrenó en su día por su alto contenido erótico, pero al fin se editó en vídeo en 1985 y se emitió en televisión, y luego, ya se estrenó oficialmente en salas comerciales el 28 de agosto de 1998, en Barcelona.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *½
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] Curti, Roberto: Italian Gothic Horror Films, 1970–1979. McFarland, 2017; pág. 81.
[2] Gardner, Paul: «Warhol – From Kinky Sex to Creepy Gothic». The New York Times, 14 de julio de 1974; vol. 123, nº 42540; pág. D-11.
[3] Salvador Estébenez, José Luis: «Entrevista a Edoardo Margheriti». La abadía de Berzano; 19 de junio de 2020: Entrevista a Edoardo Margheriti – La abadía de Berzano (wordpress.com); consultado el 16 de junio de 2023.