Cuando un investigador de seguros aparece decapitado, la investigación policial posterior lo conectará con el secuestro y asesinato de la pequeña Estefanía, un año atrás, y que quedó sin resolver. El inspector Peretti comenzará a interrogar a los familiares de la niña…
Dirección: Tonino Valerii. Producción: B.R.C. Produzione S.r.l., Kramot Cinematografica, Tecisa. Productores: Manolo Bolognini, Roberto Cocco. Guion: Roberto Leoni, Franco Bucceri, José Gutiérrez Maesso, Tonino Valerii, según argumento de R. Leoni y F. Bucceri. Fotografía: Manuel Rojas. Música: Ennio Morricone. Montaje: Franco Fraticelli. Dirección artística: Francisco Canet, Claudio Cinini. Intérpretes: George Hilton (inspector Luca Peretti), Salvo Randone (jefe Marò), William Berger (Giorgio Canavese), Marilù Tolo (Dra. Anna Borgese), Manuel Zarzo (brigadier Bozzi), Patty Shepard (Paola Rossi, la maestra), Piero Lulli (Alessandro Moroni), Helga Liné (signora Paradisi), Tullio Valli (Oliviero Moroni), Dante Maggio (Mattia Guardapelle), Dana Ghia (Eleonora Moroni), Alfredo Mayo (Beniamino), Mónica Randall (Carla Moroni), Corrado Gaipa, Daniela Rachele Barnes / Lara Wendel (Stefania Moroni), Francesco Di Federico, Lola Gaos (Adele Rudigiani), Sergio Mendizábal, Sofia Dionisio, Luigi Antonio Guerra, Elisa Mainardi, Enzo Fiermonte, Annamaria Chio, Antonio Spaccatini, Guerrino Crivello, Irio Fantini, Andrea Scotti… Nacionalidad y año: España, Italia 1972. Duración y datos técnicos: 96 min. – color – 2.35:1 – Techniscope – 35 mm.
Típica coproducción entre España e Italia de la época[1], con los clásicos misterios en torno a su ejecución industrial que suelen imperar en esos casos. George Hilton (actor que es de origen uruguayo: su verdadero nombre es Jorge Hill Acosta y Lara) declaró que la película fue filmada en inglés. Sin embargo, contemplando los labios de los actores se percibe que algunos hablan en italiano, otros en español… y a él no le encajan en absoluto los labios, por lo cual es obvio que él, al menos, sí lo rodó en inglés. Pero, como solía ser norma en este tipo de producciones, lo más seguro es que cada actor recitara los diálogos en el idioma en el que se sintiera más cómodo, registrándose las tomas con un audio inservible, y luego el film se montó y se dobló en estudio, en español, en italiano y en inglés. Por cierto que la versión italiana resulta de lo más apática, desde el punto de vista interpretativo, teniendo más vigor la versión española. También parece ser que, dentro de su plantel de guionistas, el español José Gutiérrez Maesso no participó en el libreto, constando en los créditos únicamente por motivos de co-producción[2]. Sí queda claro que el guion corrió a cargo del tándem formado por Roberto Leoni y Franco Bucceri[3], autores de la idea original, ayudados por el director, habitual también en esas lides.
Tonino Valerii (1934-2016) es uno de los más reputados directores italianos centrados en el cine de género. Comenzó en el séptimo arte como segundo ayudante de dirección con la comedia Los motorizados / I motorizzati (Camillo Mastrocinque, 1962), y tuvo unas pocas colaboraciones más en este sentido, pero rápidamente saltó también al campo del guion, donde participó en clásicos del horror italiano como La maldición de los Karnstein / La cripta e l’incubo (Camillo Mastrocinque, 1964) –de la que también fue ayudante de dirección– e I lunghi capelli della morte [dvd/tv: Los largos cabellos de la muerte, Antonio Margheriti, 1964], así como de spaghetti-wésterns de la fama de Por un puñado de dólares / Per un pugno di dollari / Für eine Handvoll Dollar (Sergio Leone, 1964). Precisamente fue en el wéstern europeo donde Valerii se forjó su camino más valorado, debutando como realizador con Cazador de recompensas / Per il gusto di uccidere (1966). Siendo estrictos, podríamos considerar que el director nacido en Teramo, Abruzzo, no realizó una carrera demasiado extensa, pues en un lapso de treinta años solo dirigió catorce películas, un telefilm y participó en tres series de televisión; su último film fue el thriller Una vacanza all’inferno (1997), centrado en el mundo de las drogas.
Sumario sangriento de la pequeña Estefanía / Mio caro assassino (1972) podría decirse que es un giallo atípico, o más bien, un giallo contaminado. De ese sub-género tan definido adopta los rasgos en su criminal, que viste la socorrida gabardina oscura y el sombrero calado, con el fin de no ser identificado, así como en lo retorcido de los asesinatos: la primera víctima es decapitada con una excavadora, otra es rebanada con una sierra eléctrica… Pero el film también exhibe modales de poliziesco, la otra modalidad del thriller all’italiana de la época, centrándose más en el formato de estructura policial. Inclusive resulta un precedente de las thrillers hitchcockianos de Brian De Palma. Y el final, con el policía reuniendo a todos los sospechosos en una habitación para hacerles partícipes de sus conclusiones, toma los rasgos característicos del whodonit literario.
El film comienza de un modo abrupto, con el referido asesinato de la decapitación, que además se arroga de unas formas visuales atípicas en el género: acontece en pleno día, junto a un pantano, y tenemos a un señor trajeado dirigiendo el trabajo de una excavadora. El momento en que esta atrapa al personaje con los dientes, lo iza en el aire y luego lo suelta, con cuerpo y cabeza cayendo cada uno por su lado, es en verdad impactante. Después, la narración se calma, y poco a poco va de nuevo in crescendo. No tanto por su tremendismo visual como por toda esa entonación subterránea, centrada en una familia que oculta no pocos secretos, y que casi podría recordar a una novela de Ross MacDonald. En esa familia se detectan celos, envidias, ambiciones, así como una pulsión pederástica de lo más malsana.
Valerii adopta un tono distante, frío, un poco acorde con esa encuesta policial encabezada por un detective más atento a la vida de los demás que a la suya propia: mantiene relaciones con una doctora atractiva con la que es incapaz de comunicarse, más allá de un polvo rápido, y a veces ni siquiera eso, tan obsesionado está con el caso. George Hilton refleja con convicción ese personaje, con un tono introspectivo, y al que le cuesta relacionarse, pues con sus compañeros el trato es igual de esquivo. Como buena co-producción, la película tira de actores de tanto uno como otro país, añadiéndoles algunos internacionales que, en aquella época, buscaban la fortuna por estas tierras, caso del referido protagonista, o la norteamericana Patty Shepard, en un papel sorprendentemente breve. A destacar la presencia de la excelente Lola Gaos, en un papel secundario, a quien la voz italiana nada favorece, pero tampoco la española, pues no es la suya.
Es curioso cómo en los campos de fotografía y música siempre se buscaba en este tipo de producciones algunos de los mejores profesionales de cada uno de los países. En la partitura siempre aparecían compositores italianos, dado que en España, en aquel entonces, la música era poco convincente. Aquí tenemos al afamado Ennio Morricone, que aporta una composición tenue y tímida en un inicio, pero que paulatinamente va adquiriendo acordes jazzísticos conforme a su adscripción genérica. En cuanto a la fotografía, esta es de origen ibérico, correspondiente a Manuel Rojas, un estupendo profesional que debiera disponer de mayor crédito. Destacan determinados elementos un tanto sorprendentes a día de hoy, como ese desnudo infantil, para resaltar la condición pederástica de uno de los sospechosos –en el presente ese plano sería inconcebible, aunque en su época también fue censurado en muchos países–. Y también el insólito personaje que le toca interpretar a Alfredo Mayo, otrora valerosa figura del régimen, y que aquí compone un personaje acobardado, asustadizo y enfermizo.
Anecdotario
- Títulos en Argentina: Mi querido asesino (cine) / La ronda de la muerte (video). Título en México: Mi querido asesino.
- Título anglosajón: My Dear Killer.
- George Hilton fue elegido por Tonino Valerii para el papel protagonista. Valerii declaró que el papel era «difícil» para Hilton y que «mucha gente le dijo que no le convenía». Más adelante, Hilton lo valoró como uno de sus trabajos más satisfactorios.
- En una escena, uno de los personajes está viendo en televisión Django (1966), de Sergio Corbucci. Un personaje lo mira y lo define como «un mal wéstern».
- Fue la primera película de la actriz Lara Wendel, que tenía siete años en el momento del rodaje.
- Voces de doblaje al castellano: Juan Miguel Cuesta (George Hilton), Francisco Arenzana (Salvo Randone), Julio Núñez (William Berger), Delia Luna (Marilù Tolo), Jesús Nieto (Manuel Zarzo), Mari Ángeles Herranz (Patty Shepard), José Guardiola (Piero Lulli), Rafael de Penagos (Tullio Valli), Fernando Nogueras (Dante Maggio), María Romero (Dana Ghia), Alfredo Mayo (Alfredo Mayo), Mónica Randall (Mónica Randall), José María Cordero (Corrado Gaipa).
- Voces de doblaje al italiano: Pino Locchi (George Hilton), Arturo Dominici (Salvo Randone), Giuseppe Rinaldi (William Berger), Rita Savagnone (Marilù Tolo), Michele Gammino (Manuel Zarzo), Vittoria Febbi (Patty Shepard), Gianfranco Bellini (Tullio Valli), Glauco Onorato (Enzo Fiermonte), Silvio Spaccesi (Sergio Mendizábal).
- Estrenada en Italia el 3 de febrero de 1972, y en España el 24 de febrero.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
[1] La producción corre a cargo de dos compañías italianas, B.R.C. Produzione Films S.r.l. y Kramot Cinematografica S.r.l., y una española, Tecisa Film. Esta última se inició en 1959 con dos joyas como La vida alrededor, de Fernando Fernán Gómez, y Los chicos, de Marco Ferreri.
[2] Curti, Roberto: Tonino Valerii: The Films. Jefferson, North Carolina: McFarland, 2016; pág. 196.
[3] Del primero, la presente es su segundo guion; también trabajó en la atractiva Santa sangre (Santa sangre, 1989, Alejandro Jodorowsky). Ambos guionistas han trabajado juntos en varias ocasiones.