Los hermanos Scott y Tony Nelson trabajan en un laboratorio científico. El segundo está intentando de manera particular desarrollar un método de poder traspasar la materia, pero cuando Scott se ocupa de ese proyecto logra atravesar un bloque de acero con la mano. Comprueba que cada vez se va adaptando más a esa capacidad, pero con ello va perdiendo una energía que debe recuperar.
Dirección: Irvin S. Yeaworth Jr. Producción: Fairview Productions, Jack H. Harris Enterprises. Productor: Jack H. Harris. Co-productor: Irvin S. Yeaworth Jr. Guion: Theodore Simonson, Cy Chermak, según una idea de Jack H. Harris. Fotografía: Theodore J. Pahle. Música: Ralph Carmichael. Montaje: William B. Murphy. Dirección artística: William Jersey. FX: Bart Sloane (efectos especiales). Intérpretes: Robert Lansing (Dr. Scott Nelson), Lee Meriwether (Linda Davis), James Congdon (Dr. Tony Nelson), Robert Strauss (Roy Parker), Edgar Stehli (Dr. Theodore W. Carson), Patty Duke (Marjorie Sutherland), Guy Raymond (Fred el guarda), Chic James (B-Girl), Elbert Smith (capitán Rogers), George Karas (sargento Todaman), Jasper Deeter (Mr. Welles), John Benson (reportero), Jack H. Harris (hombre en el nightclub), Dean Newman (Dr. Brian Schwartz), Jack B. Tinsley (policía)… Nacionalidad y año: Estados Unidos 1959. Duración y datos técnicos: 86 min. – color Deluxe – 1.85:1 – 35 mm.
La película The Blob [tv/vd/dvd: La masa devoradora, 1958], dirigida por Irvin S. Yeaworth Jr. y producida por Jack H. Harris consiguió un enorme éxito y con el dinero de taquilla que se consiguió Harris desarrolló una nueva idea, que volvió a ser abordada por ambos en 4D Man (1959), una cinta de ciencia ficción en entornos científicos que recuerda un tanto a filmes como La mosca (The Fly, Kurt Neumann, 1958). La historia tarda algo en arrancar, con el personaje de Tony Nelson que trabaja en su experimento, falla en él y provoca un incendio, siendo despedido del trabajo. Al fin, en auto-stop llega a donde trabaja su hermano y logra que le proporcionen ahí un empleo, enamorándose de paso de la ayudante de Scott, de la cual este también se halla prendado. Referido de tal manera podría parecer que se trata del clásico relleno soporífero para proporcionar el metraje necesario, pero no sucede así, y de hecho la intriga amorosa supone la motivación para que Scott termine haciendo lo que hace.
Tal como Linda explica a Scott, este no está prendado de ella, sino que se ha acostumbrado a su proximidad. En realidad, Scott solo está interesado en el trabajo, y es un hombre huraño y lacónico. Cuando comprueba el dinamismo de Linda y Tony, y cómo ambos disfrutan estando juntos ―algo de lo que él es incapaz―, los celos le impulsarán a forzar la taquilla de su hermano, tomar los apuntes de su investigación e intentar avanzar con ellos, con el fin de disponer de algo en lo que superar a Tony. A medida que la capacidad se va desarrollando en su cuerpo, la ambición se apodera de él. Poco a poco se vuelve cada vez más intangible, y hay un momento en el que no logra asir el pomo de una puerta, y debe concentrarse para conseguirlo. Además, la actividad de atravesar cuerpos sólidos le produce un desgaste energético, y descubre accidentalmente que recupera esa energía, rejuveneciendo, al arrebatársela a los demás, quienes, por su parte, mueren de viejos. Ello recuerda un poco a El hombre invisible (The Invisible Man, 1897) de H. G. Wells ―y la versión cinematográfica de James Whale de 1933―, que se va alienando paulatinamente y perdiendo la cordura al obtener su poder, al comprobar que con él puede hacer lo que quiera.
En determinado momento, el desarrollo de la intriga y el diseño del personaje adquieren cierto matiz como de cine de superhéroes o, más en concreto, de supervillanos, con Scott provocando el pánico a su paso y accediendo a la cámara acorazada de un banco para robarlo. Con el fin de acabar con él, Tony se plantea desarrollar el mismo poder para detenerlo, y entonces ese matiz superheroico se acrecienta por unos instantes.
Irvin S. Yeaworth Jr. aporta una narración clara y límpida, apoyándose en una atractiva fotografía en color que potencia los matices rojos y azulados, quizás en un guiño a los colores imperantes en la gafas de 3D. Chirría, eso sí, el uso de una constante música de jazz, muy atractiva para escuchar en un disco, pero que integrada en la película desconcierta y saca de situación. Además, se incluye un efecto sonoro electrónico cada vez que Scott va a hacer uso de su poder, resultando irritante además de hacer presagiar lo que sucederá.
Sin ser una gran película, 4D Man es una interesante aportación a la ciencia ficción de los años cincuenta, una época gloriosa en ese sentido, y, aunque el tema no es exactamente original ―véase el apartado “anécdotas”―, ni tampoco la manera de enfocarlo, está encauzado al menos de un modo atrayente y hace mantener la atención en todo momento. El sólido reparto se ve algo lastrado por el protagonismo de un joven Robert Lansing, que parece una especie de mezcla entre Steve McQueen y Robert Stack, y que se muestra en exceso inexpresivo, aunque su hosquedad queda muy bien para los estadios finales de la película.
Anecdotario
- Título de rodaje: The Fourth Dimensional Man.
- Título de reposición en 1965: Master of Terror.
- Título en Argentina: Orgía del terror. Título en México: Orgía de terror. Título en Venezuela: El hombre de la cuarta dimensión.
- Título en el Reino Unido: The Evil Force.
- Debut fílmico de Lee Meriwether (Catwoman en la serie de Batman de los sesenta) y Robert Lansing.
- Entre las víctimas del hombre 4D está Patty Duke, en un breve papel cuando tenía doce años.
- Esta película iba a haber formado parte de la colección de DVD «L’Atelier XIII», de Absolute Distribution, pero la serie fue cancelada antes de ello.
- Se considera una especie de adaptación libre del film francés (cómico) Garú, Garú el atraviesamuros (Garou Garou, le passe-muraille, Jean Boyer, 1951). En el mismo 1959 en Alemania se hizo otra película, también cómica, con igual punto de partida, Apenas un duende (Ein Mann geht durch die Wand, Ladislao Vajda, 1959).
- Estrenada en Estados Unidos el 7 de octubre de 1959.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: **½
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra