Es 1795. Catherine, una feliz recién casada, llega junto a su marido a la mansión de los antepasados de él, los Fengriffen. Pronto, la muchacha se verá asaltada por las imágenes de un individuo con los ojos arrancados y una mano amputada. Además, percibe que su marido le oculta algo acerca de sus ancestros…
Dirección: Roy Ward Baker. Producción: Amicus Productions. Productores: Max Rosenberg, Milton Subotsky. Productor delegado: Gustave M. Berne. Guion: Roger Marshall, según la novela corta “Fengriffen” de David Case. Música: Douglas Gamley. Fotografía: Denys N. Coop. Dirección artística: Tony Curtis. Montaje: Peter Tanner. Intérpretes: Peter Cushing (Dr. Pope), Herbert Lom (Henry Fengriffen), Patrick Magee (Dr. Whittle), Stephanie Beacham (Catherine Fengriffen), Ian Ogilvy (Charles Fengriffen), Geoffrey Whitehead (Silas / leñador), Guy Rolfe (Maitland), Rosalie Crutchley (Mrs. Luke), Gillian Lind (tía Edith), Sally Harrison (Sarah), Janet Key (Bridget), John Sharp, Norman Mitchell, Lloyd Lamble, Kay Adrian, David Barclay, Blake Butler, Vic Chapman, Frank Forsyth, Daniel Jones, Hilary Martin, Sylvester Morand, Beth Owen, Toni Sinclair, Elsa Smith, John Stamp, Larry Taylor, Rocky Taylor, Gloria Maley, Drew Wood, Michael Elphick… Nacionalidad y año: Reino Unido 1973. Duración y datos técnicos: 91 min. – Technicolor – 1.85:1 – 35 mm.
Hacia la época en que se rodó And Now the Screaming Starts [vd: La maldición / Y ahora empiezan los gritos / Ahora empiezan los gritos, 1973] la Amicus era una contumaz productora de filmes terroríficos. El presente está ubicado entre dos de sus famosas antologías de historias cortas, The Vault of Horror [vd: La cripta del horror / El baúl de los horrores, 1973] y From Beyond the Grave [vd: Desde más allá de la tumba, 1974]. Lo más llamativo es, por un lado, la confluencia del tema de la mano amputada, muy del gusto, según parece, de Rosenberg y Subotsky, y por otro que se trate de un largometraje, que además dispone de una trama que con facilidad pudiera haberse ajustado a una de las historias habituales de sus películas de sketches.
El guionista, Roger Marshall, desarrolló su carrera a caballo entre Estados Unidos y el Reino Unido, trabajando sobre todo en televisión, donde colaboró en series como William Tell, Investigador submarino, The Edgar Wallace Mystery Theatre, Los Vengadores, Detective público, Veinticuatro horas al día o Ruth Rendell Mysteries, entre otras. En cine debemos destacar, principalmente, el ignoto y prestigioso film de ciencia ficción Invasion (1966) de Alan Bridges, o su colaboración con el curioso Samuel Gallu en cintas como De espaldas a Scotland Yard (The Man Outside, 1966) y El teatro de la muerte (Theatre of Blood, 1967).
And Now the Screaming Starts (1973) parte de una trama característica de la literatura gótica, y semeja un producto muy al estilo de las hermanas Brontë o de Daphne Du Maurier, salvando las distancias, pese a basarse en una novela corta escrita por el norteamericano David F. Case (n. en 1937) en 1971. En efecto, aquí confluye el clásico motivo de la recién casada que llega a la mansión de su esposo, donde empieza a percibir un ambiente extraño, con secretos ocultos (como en Rebeca). Pronto, la amenaza comienza a hacerse palpable en la forma de una maldición, y con apariciones de una mano cortada, o también visiones espectrales de un individuo al que le faltan los ojos y una mano.
Lo que más resalta es el modo en que se presentan, de cara al espectador, esas manifestaciones, y para mí un error tajante de exposición, no sé si proveniente de imposiciones de producción o por decisión concreta de Roy Ward Baker. Así, muchas de las apariciones de la mano amputada se realizan exclusivamente de cara al espectador, sin que los personajes sean conscientes de ello. También esas visiones espectrales aparecen como sobreimpresiones que, ahora sí, perciben los personajes, y actúan en consecuencia a ellas, pero la forma de rodarlo no permite apreciar si es algo subjetivo u objetivo.
Ello repercute negativamente en la riqueza expositiva del contexto, donde la ambigüedad de lo que acontece –¿es todo producto de la imaginación/superstición de los personajes, o por el contrario la maldición es real?– queda simplificada. Las apariciones de la mano amputada son lo peor del conjunto, pues se distinguen totalmente gratuitas y superfluas, casi como un mero auto-guiño a la referida constante temática de la productora, y que si se hubiese eliminado totalmente en nada afectaría al conjunto de la narración. Las propias presencias «fantasmales» se adscriben a esa falta de ambigüedad que se refería.
Por supuesto que la película (los creadores) puede(n) optar por enfocar la situación desde una perspectiva u otra, pero la elección y su resolución resulta perjudicial, percibiéndose que el intento es hacer ver al espectador que, sin lugar a dudas, está ante un film de terror sobrenatural desde el inicio, acaso temerosos los responsables de que el enfoque de un misterio gótico con una resolución final fantástica (o no) pudiera ir en detrimento de la taquilla.
Así pues, ese reduccionista enfoque perjudica la riqueza conceptual de una película pobre en diversos sentidos, donde esa «pobreza» se percibe incluso en la puesta en escena de un Roy Ward Baker que semeja aburrido y desinteresado ante lo que pretende contar.
Eso sí, un reparto magnífico, aunque desequilibrado –Peter Cushing encabeza el reparto, apareciendo únicamente a mitad de película, y el segundo de los créditos, Herbert Lom, solo surge en un flashback y en diversos flashes, quedando los auténticos protagonistas, Stephanie Beacham e Ian Ogilvie, relegados a unos injustos cuarto y quinto puesto de las credenciales– da lustre a la película, haciendo aparentar mayor empaque de lo que realmente ofrece. El referido flashback con Herbert Lom puede que sea lo más potente del conjunto, al componer el actor un personaje que no anda lejos del Sir Hugo de Baskerville del clásico de la Hammer, si bien las perversiones a las que se abandona en un inicio (hacer competiciones de beber con un grupo de amigos) no semejan el colmo de la corrupción como se intenta hacer ver. No se trata, pues, de lo mejor del catálogo de la Amicus, aunque será un entretenimiento menor pero ligeramente gozoso para los amantes del género.
Anecdotario
- Títulos alternativos: Bride of Fengriffen / Fengriffen / I Have No Mouth But I Must Scream.
- Título en Hispanoamérica (no confirmado): Lamento de terror.
- El último de los títulos originales es también el de un relato de ciencia ficción de Harlan Ellison, con el cual nada tiene que ver, por supuesto.
- Una de las ediciones españolas en vídeo, titulada La maldición, procede de la versión italiana, La maledizione.
- El autor de la novela, David Case, también escribió el relato de hombres lobo «The Hunter», que dio lugar al telefilm El aullido del lobo (Scream of the Wolf, 1974), de Dan Curtis, con guion de Richard Matheson. Fue ganador del 2º World Fantasy en 2001 con la antología Pelican Cay (2000), inédita en España, así como el resto de su obra.
- El director artístico Tony Curtis, por supuesto, nada tiene que ver con el célebre actor de igual nombre.
- Los exteriores de la mansión Fengriffen se rodaron en Oakley Court, Windsor Road, Oakley Green, Windsor, Berkshire, Inglaterra, Reino Unido.
- Estrenada en el Reino Unido el 14 de noviembre de 1974. En España no se estrenó, pero apareció editada en video por diversas casas y distintos títulos.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: **
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra