Un cohete espacial se estrella cerca de una granja. Al lugar acude el profesor Quatermass, responsable de la misión. De los tres hombres que iban en su interior, dos han desaparecido misteriosamente, sin que la nave haya sido abierta; y el otro es hallado en shock, sin poder hablar.
Dirección: Val Guest. Producción: Hammer Films para Exclusive Films. Productores: Anthony Hinds, [Robert L. Lippert, sin acreditar]. Guion: Richard H. Landau, Val Guest, según el serial televisivo de Nigel Kneale. Fotografía: Walter J. Harvey. Música: James Bernard. Montaje: James Needs. Dirección artística: J. Elder Wills. FX: Les Bowie (efectos especiales). Intérpretes: Brian Donlevy (profesor Bernard Quatermass), Jack Warner (inspector Lomax), Richard Wordsworth (Victor Carroon), Margia Dean (Mrs. Judith Carroon), Thora Hird (Rosemary ‘Rosie’ Elizabeth Wrigley), Gordon Jackson (productor de la BBC), David King-Wood (Dr. Gordon Briscoe), Harold Lang (Christie), Lionel Jeffries (Blake), Sam Kydd (sargento de policía), Jane Asher (niña), Jane Aird, Margaret Anderson, Harry Brunning, Ken Buckle, Eric Corrie, Edward Dane, Gron Davies, Edward Dentith, Basil Dignam, James Drake, Mabel Etherington, Molly Glessing, Michael Godfrey, Donald Gray… Nacionalidad y año: Reino Unido 1955. Duración y datos técnicos: 82 min. – B/N – 1.37:1 (formato original/negativo, formato de proyección alternativo) / 1.66:1 (formato de proyección) – 35 mm.
El guionista y escritor Nigel Kneale tenía un gran interés por la ciencia, y la idea concreta de «la ciencia funcionando mal» fue la que le inspiró la idea para la serie The Quatermass Experiment. El proyecto surgió cuando en la programación de la cadena televisiva británica BBC surgió un hueco que había que rellenar los sábados por la noche durante seis semanas del verano de 1953. La idea de Kneale era ofrecer una historia «desconcertante en lugar de horrible»[1].
Nigel Kneale
Como director se contó con Rudolph Cartier, habitual colaborador de Kneale, y ambos trabajaron estrechamente en la elaboración de la serie para adecuarla a los métodos productivos del momento. Como títulos iniciales se barajaron The Unbegotten [Lo no engendrado] y Bring Something Back…! [¡Trae algo de vuelta…!], esta última frase procedente de una línea de diálogos del segundo episodio. Aún faltaba por escribir los dos capítulos finales cuando se comenzó a emitir el primero, por lo cual es muy posible que el final se adecuara un tanto a las reacciones que comenzaron a aparecer por parte del público. Con algo menos de cuatro mil libras de presupuesto total, se utilizó como tema musical de la serie la pieza «Mars, Bringer of War», procedente de Los planetas (The Planets, 1916) de Gustav Holst, donde predomina la bitonalidad.
Rudolph Cartier
En el rol del profesor Quatermass se contó con el actor Reginald Tate, con quien Cartier ya había contado con anterioridad en otra producción televisiva, It Is Midnight, Dr Schweitzer (1953). En esa obra también actuaba el actor André Morell, a quien Cartier ofreció inicialmente el papel, pero como este lo rechazó optó por Tate, quien de todas maneras le había impresionado de manera positiva. Tate sería, por cierto, el favorito de Nigel Kneale de todos los actores que encarnarían a Quatermass, ya fuera en cine o en televisión.
Reginald Tate e Isabel Dean en The Quatermass Experiment (1953)
La serie se transmitió semanalmente los sábados por la noche del 18 de julio al 22 de agosto de 1953 y logró unas cifras de público favorables en 1953, abriendo con una audiencia estimada de 3,4 millones para el primer episodio, aumentando a cinco millones para el sexto y último, con un promedio de 3,9 millones para toda la serie. Tras la muerte de Kneale en 2006, el historiador de cine Robert Simpson dijo que la serie había sido «un evento televisivo, que vació las calles y los pubs durante las seis semanas de su duración»[2].
Otra imagen de la miniserie
Por supuesto que, ante tamaño éxito, las cosas no podían quedar así. Y la Hammer le echó el ojo a ello. Una de sus «especialidades» era volcar al cine determinadas creaciones radiofónicas, en busca del rápido éxito por parte del reconocimiento del espectador de la fórmula ofrecida y conocida de antemano. Así, podemos referir la trilogía basada en el héroe Dick Barton; o también Life with the Lyons (Val Guest, 1954), una comedia en torno a la familia del título, y que incluso contaría con una secuela, para luego dar lugar a una serie televisiva. Y dentro de la cada vez más viva producción en la pequeña pantalla no es de extrañar que echaran el ojo a Quatermass…
Life with the Lyons (1954)
En 1955 la Hammer estrenó cinco películas: Rapto en Hamburgo (Break in the Circle), un thriller dirigido por Val Guest; The Glass Cage, un drama criminal obra de Montgomery Tully; The Lyons in Paris, la secuela referida con anterioridad; Murder by Proxy, una muestra de cine negro debida a Terence Fisher; y El experimento del doctor Quatermass.
Anthony Hinds, uno de los productores de la compañía, fue quien tomó riendas en el asunto. La Hammer contactó con la BBC el 24 de agosto de 1953, es decir, dos días después de la emisión del último capítulo de la serie. Tanto la cadena como el propio Kneale habían percibido el potencial, así pues pusieron a disposición de diversas casas de producción los derechos al mejor postor. Entre los ofertados estaban los hermanos Boulting[3], Frank Launder y Sidney Gilliat[4]. Kneale se reunió con Gilliat para bosquejar el posible guion, pero el productor estaba remiso a adquirir los derechos, dado que se olía que el resultado podría recibir una calificación X por parte de la British Board of Film Censors (BBFC)[5], lo cual repercutiría negativamente en la taquilla. Sin embargo, la Hammer no tenía problemas en ese sentido, e incluso buscaría de forma intencionada esa X, como pronto veremos.
Anthony Hinds
Alguien en la BBC adujo que Quatermass no le parecía un material demasiado adecuado para la Hammer, pero finalmente les fueron cedidos los derechos a cambio de quinientas libras esterlinas, que fueron a parar íntegramente a la cadena, lo que provocó que Kneale mostrara resentimientos contra ellos, a tal punto que en posteriores creaciones buscara que los derechos siguieran reportándole beneficios. Sin embargo, más adelante, en 1967, y coincidiendo con el remake cinematográfico de la tercera miniserie, la BBC le proporcionó un pago de tres mil libras en reconocimiento a su creación del personaje.

Robert L. Lippert
Hammer llegó a un acuerdo de coproducción con Robert L. Lippert, un productor y distribuidor norteamericano con quien llevaban en tratos desde 1951. Lippert comercializaba sus películas en Estados Unidos, y solía aportar alguna estrella más o menos caduca del país para asegurar cierta publicidad extra, en particular en las habituales muestras de cine criminal que la compañía británica solía producir por aquel entonces. En reciprocidad, la casa distribuidora de la Hammer, Exclusive Films, solía estrenar los filmes norteamericanos de Lippert en el Reino Unido.
La patrulla del coronel Jackson (1945)
Aunque a efectos legales la película sería británica, la participación estadounidense no quedó ahí. Como guionista se dispuso del norteamericano Richard H. Landau (1914-1993). Nacido en Nueva York, su primer guion fue el del sólido film bélico La patrulla del coronel Jackson (Back to Bataan, Edward Dmytryk, 1945), y más adelante participó en la simpática película de monstruos Lost Continent (Sam Newfield, 1951). Con la Hammer ya había colaborado con anterioridad, en concreto en el policial Stolen Face [dvd: Cara robada (Stolen Face), 1952] y en la cinta de ciencia ficción Spaceways [dvd: Spaceways, 1953], ambas dirigidas por Terence Fisher.
Spaceways (1953)
La serie se componía de seis episodios de alrededor de treinta minutos cada uno, lo que sumaba cerca de tres horas de metraje. Esa extensión, por supuesto, había que reducirla a la mitad, o menos. Por ejemplo, el primer capítulo quedó reducido a los dos primeros minutos de película. Una subtrama gansteril desapareció, así como el elemento, sumamente jugoso, de que la criatura conserva los recuerdos de las víctimas que va deglutiendo; de tal manera, al final, en la serie, Quatermass instaba a esas conciencias a hacer que el monstruo se suicidara, cambiándose esto en el film. También hubo que hacer variaciones para contentar a la censura, que estaba inquieta con la violencia y monstruosidad que el guion reflejaba. El secretario de la junta Arthur Watkins comentó:
Debo advertirles en esta etapa que, si bien aceptamos esta historia en principio para la categoría ‘X’, no podríamos refrendar, ni siquiera en esa categoría, un tratamiento cinematográfico en el que el elemento horroroso fuera tan exagerado que resultara nauseabundo y repugnante para un público adulto[6].
Después, además, el director, Val Guest, eliminó treinta páginas del guion. Entre sus cambios se incluye el aligerar los diálogos por parte de Quatermass, para brindarle un estilo más brusco. Hablando del director, este fue, sin duda, uno de los elementos fundamentales para el éxito de la película.
Aún hoy en día, el londinense Val Guest (1911-2006) es un realizador que no está suficientemente valorado. Inició su carrera profesional como actor en el teatro e inicios del cine sonoro, pero fue en el campo del guion donde comenzó a hacerse un nombre, donde debutó con No Monkey Business (Marcel Varnel, 1935), y pasó a la dirección con el musical Miss London Ltd. (1943). Debutó en el género fantástico con las parodias Bees in Paradise (1944) y El pato atómico (Mr Drake’s Duck, 1951), pero no fue hasta la presente que entra activamente en él. Ya había trabajado con anterioridad para la Hammer, con la referida saga cómica de los Lyons, o la aventurera The Men of Sherwood Forest [dvd/tv: Los hombres del bosque de Sherwood, 1954], así como el thriller Rapto en Hamburgo (Break in the Circle, 1955). Como puede comprobarse, un recorrido temático muy variado, pero será esta última película citada la que, en cierta manera, caracterice su estilo con más concreción. De hecho, el género fantástico y el criminal serán aquellos en los que más destaque. Aparte del díptico de Quatermass, conviene destacar de su obra la bélica The Camp on Blood Island (1958) o una cinta de ciencia ficción fundamental como es The Day the Earth Caught Fire [tv: El día en que la Tierra se incendió, 1961].
Cierta polémica causó el convertir a Quatermass en norteamericano, aunque el utilizar como protagonista algún actor de aquel país era una constante de este tipo de producciones Hammer, como se refirió. Para tal fin se escogió al huraño Brian Donlevy. Secundario de lujo, fue nominado al Oscar por su cometido como el despótico sargento Markoff en la maravillosa Beau Geste (Beau Geste, William A. Wellman, 1939). Tenía un aire seco y adusto, y apareció en mucho cine negro y wésterns. Amén de su papel de Quatermass, dentro del género fantástico participó también en Curse of the Fly [dvd: La maldición de la mosca, Don Sharp, 1965], así como en los añadidos metidos en Norteamérica a la japonesa El mundo bajo el terror (Daikaijû Gamera, Noriaki Yuasa, 1965), es decir, lo que acabó resultando Gammera the Invincible (1966), con dirección adicional de Sandy Howard.
Respecto a su participación en la presente, su interpretación no fue del agrado de Nigel Kneale, quien llegaría a declarar:
Puede que yo eligiera el apellido de Quatermass de una guía telefónica, pero su primer nombre fue escogido cuidadosamente: Bernard, a partir de Bernard Lovell, el fundador del Jodrell Bank[7]. Un pionero, el hombre inquisitivo definitivo. Donlevy lo interpretó como un mecánico, una criatura con una mente completamente cerrada[8].
Sin embargo, Val Guest no estaba de acuerdo:
Nigel Kneale esperaba encontrar a Quatermass tal como era en la televisión, un científico británico sensible, no un estadounidense contundente, pero para mí Donlevy le otorgó una realidad absoluta[9].
En el momento del rodaje Brian Donlevy tenía problemas con el alcohol, y Guest se encontró más de una vez la taza de café de la que estaba bebiendo rellena de brandy; sin embargo, no dio el más mínimo problema durante la filmación. Guest, por cierto, no estaba demasiado interesado en la ciencia ficción, pero cuando tomó los libretos de la serie escritos por Kneale para documentarse se sintió entusiasmado y aceptó el encargo. Su idea era otorgar a la cinta un tono de veracidad, y como influencia tomó la película norteamericana Pánico en las calles (Panic in the Streets, 1950), de Elia Kazan, y ciertamente ambas comparten cierto parecido: el ambiente urbanita, la fotografía en blanco y negro contrastada y la búsqueda por las calles de una persona que supone un peligro para todos (en el film de Kazan se trata de alguien infectado por peste pulmonar, y a quien hay que detener antes de que propague la epidemia). El rodaje del filme ocupó entre octubre y diciembre de 1954, con un presupuesto de 42.000 libras, inferior a la media de la Hammer.

Pánico en las calles (1950)
Como cabía esperar, la película recibió la calificación X, lo que impedía su visionado a menores de dieciséis años. Hammer contaba con ello, y lo sobreexplotó, cambiando el título original de The Quatermass Experiment por The Quatermass Xperiment, haciendo resaltar la equis de forma notoria en la publicidad. En Estados Unidos, Lippert la tituló Shock!, y no consiguió interesar a ninguna gran compañía con ella[10], así que cambió el apelativo a The Creeping Unknown [algo así como «Lo desconocido que se arrastra»], y entonces fue adquirida por United Artist, que la estrenó, recortando cuatro minutos, en programa doble con la simpática The Black Sleep [tv/dvd: El sueño negro, Reginald LeBorg, 1956]. Aparte de ello, en un cine de la localidad de Oak Park (Illinois), un niño de nueve años murió a consecuencia de la rotura de una arteria mientras la veía, según informó Variety, y el Guinness Book of Records lo registró como el único caso conocido de alguien que muriese de miedo viendo una película.
El filme arranca con una pareja correteando por el campo y, de pronto, un ruido extraño les sobrevuela. Huyen y entran en una granja, y algo desde el exterior la hace estremecer. De una forma muy barata, en diversos sentidos, Val Guest nos revela en qué consistirá lo que nos va a exponer a lo largo de la cinta. Un entorno cotidiano violentado por algo extraño, procedente del cielo, y con una narración de una forma concisa, económica… y efectiva.
Después llega la policía, los bomberos… y una delegación del gobierno, entre los que se halla el profesor Bernard Quatermass, responsable de la prueba espacial que ha lanzado un cohete al espacio, y que ha regresado estrellándose cerca de esa granja. Vemos el cohete en su modo tradicional, con un aspecto muy pulp, enclavado de forma inclinada en el campo, en un plano que recuerda extraordinariamente al de otra posterior joya, 20 Million Miles to Earth [dvd: A 20 millones de millas de la Tierra, Nathan Juran, 1957], solo que ahí estaba sumergido en el agua.
Pronto queda evidente la personalidad del profesor Quatermass, un tipo seco, directo y huraño, con las manos en los bolsillos de la gabardina abierta, que suelta órdenes constantes y cuyo único objetivo es la experimentación científica, al coste que fuere. En cuanto un hombre se implica en el trabajo que él está desempeñando, ya es un instrumento más a su servicio, e incluso su vida es un sacrificio pequeño en beneficio de la Ciencia. Ese personaje, muy bien representado por Brian Donlevy, tiene un contrapunto con el inspector de policía que se sumará al misterio, el inspector Lomax (Jack Warner)[11], un hombre hogareño y con sentido del humor, en una atractiva relación de pareja profesional unida por las circunstancias, y donde cada uno utiliza una técnica de investigación diferente pero complementaria.
Surge un gran misterio cuando, al abrirse el cohete, encuentran que dos de los astronautas han desaparecido, quedando sus trajes espaciales vacíos. Dado que la nave no ha sido abierta hasta el momento que ellos han llegado, ¿a dónde han ido a parar? Además, el único superviviente, Victor Carroon (un impresionante Richard Wordsworth, habitual del cine de la Hammer), se halla en estado de shock, y nada puede explicar, aparte de que su piel está mostrando una extraña textura que paulatinamente va variando.
De esa manera, la película alterna diferentes estilos genéricos, así la ciencia ficción, el misterio, el thriller policial y el terror. En los que respecta a su tono de thriller, este se halla muy acorde con el cine policíaco tradicional británico, como podría ser el mismo El farol azul citado con anterioridad, esto es, focalizándose en los personajes y el entorno social, adquiriendo unos tintes muy documentalistas. Ello, en una historia que progresivamente va incursionando en lo fantástico y el terror, confiere una especial atmósfera a la película, que la hace mucho más creíble y convincente.
Cuando la Hammer rodaba esta cinta, por supuesto, no tenía ni remota idea de cómo devendría posteriormente la productora. Por ello resultan tan sorprendentes los paralelismos que El experimento del doctor Quatermass manifiesta con el mito de Frankenstein. Aquí tenemos también un científico que busca ampliar las fronteras de la ciencia, y que sobrepone ese objetivo a cualquier otro; en cierta manera, crea su criatura, que será Victor Carroon, que curiosamente detenta el mismo nombre de pila que el doctor Frankenstein; e incluso hay una escena donde el monstruo se encara con una niña, en un momento que sin duda está buscado como guiño. Acaso fueran esos elementos, reconocibles por sus responsables, los que indujeron a los responsables de la Casa del Martillo a utilizar la novela de Mary Shelley como base para La maldición de Frankenstein (The Curse of Frankenstein, Terence Fisher, 1957).
Victor Carroon, al igual que el monstruo de El doctor Frankenstein (Frankenstein, James Whale, 1931) de la Universal, es una figura torturada, sufriente. La primera vez que le vemos es saliendo del cohete, arrodillado y derrumbándose; luego, en el hospital, se mostrará hierático, inexpresivo, o con una expresión dolorida, como si sufriera una tortura emocional y física indescriptible. Está poseído por una entidad alienígena y, en ese estado, algo hace que le atraigan las plantas, acaso porque ese extraterrestre tiene una composición vegetal. Al principio intenta tocar una maceta que hay en la sala donde se halla, y luego dará un manotazo a otra donde hay un cactus. De algún modo, Carroon comenzará a fusionarse con el cactus.
Tras su huida, veremos al astronauta en pocas ocasiones, y de forma paulatina se irá transformado en otra cosa, que necesita alimentarse de seres vivos (los animales del zoo, las personas con las que se irá cruzando) para ir nutriendo a la entidad en que irá mutando. El estupendo clímax en la abadía de Westminster confiere un halo gótico a la tragedia de ese hombre; tales referentes clásicos, de cine de terror, será una constante por parte de Kneale en su saga de Quatermass, en especial en la tercera entrega, Quatermass and the Pit. En ese clímax, decíamos, el astronauta se ha convertido en una criatura reptante y tentacular, como una pesadilla de Lovecraft. Un equipo de televisión que está rodando un documental en la iglesia se topará en una panorámica que está realizando con esa abominación reptando por unos andamios, en un momento anonadante para los personajes.
El experimento del doctor Quatermass, en cierta manera, seguía una tradición comercial y temática ya antes hollada por la Hammer. Pero, al mismo tiempo, gracias al genio de Val Guest y de Nigel Kneale, entre otros, abrió nuevas vías para una pequeña compañía que, buscando esa senda abierta que le había proporcionado pingües beneficios económicos, les introdujo por nuevos caminos que transformaron el cine de terror, haciéndolo incursionar en una gradación de calidad superior. Y eso es innegable, inclusive para los detractores de la Casa del Martillo.
Anecdotario
- Título en Argentina y México: Pánico mortal.
- Título en Estados Unidos: The Creeping Unknown (en montaje reducido).
- El rodaje se produjo entre octubre y diciembre de 1954.
- Presupuesto estimado: 45 000 libras esterlinas.
- La segunda ayudante de dirección fue Aida Young, después importante productora para la Hammer.
- Entre los materiales utilizados por Les Bowie para engalanar al monstruo figuraban vísceras y tripas de vaca, algo que molestó a Nigel Kneale.
- El film ha tenido infinidad de plagios e imitaciones, cabiendo destacar The First Man into Space [tv: El primer hombre en el espacio, 1958], de Robert Day, Caltiki, il mostro immortale [tv/vd: Caltiki, el monstruo inmortal, 1959], de Riccardo Freda [y Mario Bava] o Viscosidad (The Incredible Melting Man, 1977), de William Sachs.
- Secuelas en cine:
Quatermass 2 [dvd: Quatermass 2; tv: El experimento del doctor Quatermass II, Val Guest, 1957].
¿Qué sucedió entonces? (Quatermass and the Pit, Roy Ward Baker, 1967).
The Quatermass Conclusion [Piers Haggard, 1979] [remontaje de la miniserie de TV].
- Entregas televisivas:
The Quatermass Experiment (Rudolph Cartier, 1953) [miniserie de TV].
Quatermass II (Rudolph Cartier, 1955) [miniserie de TV].
Quatermass and the Pit (Rudolph Cartier, 1958-1959) [miniserie de TV].
Quatermass (Piers Haggard, 1979) [miniserie de TV].
The Quatermass Experiment (Sam Miller, 2005) [telefilm].
- En el Reino Unido se estrenó el 26 de agosto de 1955 en el London Pavilion de Piccadilly Circus, acompañada de un mediometraje titulado The Eric Winstone Band Show (1955), también producido por la Hammer y dirigido por Michael Carreras, rodado en color y pantalla panorámica, con una actuación de la referida banda. Coincidiendo con el estreno en las televisiones de Quatermass II, la película tuvo la distribución nacional a partir del 20 de noviembre, ahora en programa doble con la mítica Rififí (Du rififi chez les hommes, Jules Dassin, 1955), siendo el programa doble más taquillero del año.
- En España se estrenó hacia mayo de 1957, en Barcelona, y el 3 de junio de 1957 en Madrid, en el cine Muñoz Seca, complementado con un documental de fútbol, y en el Rex (que durante mucho tiempo se especializó en el género fantástico, siempre que podía) en solitario.
Carlos Díaz Maroto (Madrid. España)
CALIFICACIÓN: *****
- bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra
[1] PIXLEY, Andrew: The Quatermass Collection — Viewing Notes. London: BBC Worldwide. 2005. BBCDVD1478.
[2] En «Quatermass creator dies, aged 84». BBC News Online, 1 de noviembre de 2006: http://news.bbc.co.uk/2/hi/entertainment/6105578.stm. Última consulta: 8 de febrero de 2021.
[3] Estos fueron responsables de un muy atractivo film de misterio con elementos de ciencia ficción, Ultimátum (Seven Days to Noon, 1950), que produjeron y dirigieron, y que tiene una atmósfera muy similar a la de este primer Quatermass. En el guion, por cierto, colaboró el posterior compositor de la Hammer James Bernard.
[4] Como directores y/o productores ninguno de los dos tuvo la menor relación con el género fantástico, siendo especialmente afines al thriller. Sin embargo, como guionista Gilliat cuenta con algún título de interés en el campo, así The Ghost Train (Walter Forde, 1931) y El hombre que trocó su mente (The Man Who Changed His Mind, Robert Stevenson, 1936), con Boris Karloff.
[5] La célebre junta de censura británica, tan castradora en el campo del cine fantástico y de terror.
[6] Kinsey, Wayne: Hammer Films. The Bray Studio Years. London: Reynolds & Hearn, 2002; pág. 33.
[7] Sir Bernard Lovell (1913-2012) fue un físico y radioastrónomo británico. En 1945 fundó el observatorio Jodrell Bank para investigar los rayos cósmicos después de haber trabajado con el radar durante la Segunda Guerra Mundial. Fue director del mismo desde la fundación hasta 1980.
[8] Citado en HEARN, Marcus; RIGBY, Jonathan: «Viewing Notes». En The Quatermass Xperiment [DVD (booklet)]. Londres: DD Video, 2003.
[9] Kinsey, Wayne: Hammer Films… (op. cit.); pág. 35.
[10] Por un tiempo, la 20th Century Fox parecía que se iba a hacer cargo del filme, pero en aquel entonces la compañía estaba muy volcada con sus producciones en Cinemascope, y quería que todos sus productos lucieran ese formato. Quatermass, pues, no encajaba en él…
[11] Su nombre coincide con el de uno de los propietarios de la Warner Bros. norteamericana, pero se trata de un veterano actor británico, especializado sobre todo en papeles de policía. De hecho, a su muerte, en 1981, su ataúd fue transportado por oficiales de la estación de policía de Paddington Green, donde se desarrolla el estupendo filme El farol azul (The Blue Lamp, Basil Dearden, 1950), que él protagoniza como el agente George Dixon. Recuperaría ese personaje en la serie Dixon of Dock Green (1955-1976), donde a lo largo de sus 432 episodios iría ascendiendo de escalafón.